LeBron James (38) ha impregnado las páginas de la del deporte una vez más. El polivalente jugador de 38 años se ha transformado en el máximo anotador en la historia de la NBA después de realizar un brillante partido contra los Oklahoma City Thunder.
LeBron anotó 16 puntos en el tercer cuarto del encuentro. Se ganó los aplausos de una ciudad entera. Los Ángeles se había rendido a sus pies. Incluso los jugadores de los Thunder se han visto emocionados ante el logro concretado por el balensocista.
James superó la marca registrada por Kareem Abdul-Jabbar (38.387), quien dominaba la estadística desde 1984. Ni Jordan, ni Kobe. LeBron fue el hombre llamado a trascender y a superar la figura de otro mito que, por supuesto, ha estado presente en el partido entre los Lakers y los Thunder.
La previa avisaba de la magnitud de la jornada. Las entradas en la primera fila para ver a la figura de los Lakers alcanzaban la cifra de los 50.000 dólares. Importe que es viable tan sólo para algunos empresarios, famosos y personajes de la esfera de Hollywood.
"Llevé la antorcha del récord durante 38 años. Estoy excitado y orgulloso de entregársela al siguente orgulloso defensor. LeBron se lo merece y espero que lo mantenga más tiempo de lo que yo hice", dijo Abdul-Jabbar tras conocer el nuevo récord.
James obtiene 38.388 puntos con 150 partidos menos que Kareem. Abdul-Jabbar jugó unas 126.000 posesiones en su carrera. LeBron alcanza unas 103.000. Las cifras son envidiables. LeBron toca el cielo con las manos e impulsa a los Lakers a luchar por más en una temporada con luces y sombras para la franquicia de Hollywood.
Una semana complicada
El récord de LeBron le permite a los Lakers dejar atrás una semana complicada. Un giro de 180 modificó el posible aterrizaje de Kyrie Irving a L.A. El antiguo base de los Celtics se ha decantado por integrar la plantilla de los Dallas. James, que intentó convencer a la estrella de fichar por el equipo de la ciudad angelina, eliminó aquella desconcentración y se centró en el partido contra los Thunder.
"Le dimos las llaves del negocio a un niño de 18 años y ahora tiene 38 y sigue dominando. No debemos sorprendernos. Debemos celebrarlo y elogiarle", expresó Irving al término del encuentro.
La idea de fichar a Irving evidenciaba una carencia: los Lakers no manejan una nómina amplia y temen perderse los play offs de la NBA. La franquicia ha clasificado a dos de los últimos cuatro y, con un Lebron en su máximo nivel, pretenden dar un salto en la máxima categoría del baloncesto estadounidense.
James, ajeno a la adversa realidad de los Lakers, es historia. El chico de 18 años que estaba llamado a ser una de las grandes promesas del baloncesto estadounidense ha dominado la élite durante dos décadas. Ganó 4 títulos. Alcanzó 10 finales.
LeBron concreta una marca especial. El récord le hace inmortal y le convierte en uno de los máximos referentes del baloncesto en E.E.U.U..