El base griego fue el gran artífice de la recuperación de los atenienses tras haber perdido el factor cancha en el primer duelo. No sólo con sus puntos y su altísimo porcentaje de acierto (8/9 T2, 4/7 T3, 1/1 TL) sino también con sus cuatro asistencias y tres rebotes, y su dirección. Y eso que enfrente estaba un gran Lorenzo Brown. El internacional español aportó 18 puntos y seis asistencias para dar opciones a los suyos.
Las tuvieron por cómo comenzaron el encuentro, disfrutando a las primeras de cambio de un cómodo 16-25. Incluso en el segundo cuarto, aún seguían los macabeos por delante en el ecuador con cierta comodidad. Pero entró Sloukas en ebullición y con él sus compañeros para firmar un 16-1 con el que se llegó al descanso (51-39). Qué forma de remontar.
Aún sería mayor esa renta tras la vuelta al parquet (64-48), pero el Maccabi se las apañó para ir bajando el ritmo de su rival y dejarle clavado en 71 puntos mientras sellaban un 0-12 entre el final del tercer cuarto y el inicio del último. Parecía que con sólo tres puntos de distancia (71-68) el final sería igualado, pero los griegos no pensaban lo mismo y volvieron a acelerar drásticamente hasta el final para llevarse el triunfo por 95-79 y equilibrar estos cuartos de final.
Tanta fue la intensidad y tantas las ganas que se tienen estos dos equipos que hubo pique fuerte tras un tapón de Antetokounmpo a Cleveland con todo ya resuelto.
Centro de estadísticas del Panathinaikos-Maccabi Tel Aviv.