Mick Jagger y Ron Wood, vocalista y guitarrista de los Stones, se han quedado con la lengua afuera. No por cantar, por cansancio o por celebrar la anotación de Gundogan en el minuto 6 que parecía encaminar al Barça hacia la victoria. Los míticos músicos se han ido con un amargo sabor de boca de Montjuic por Jude Bellingham, un joven que, con 20 años, suma 13 goles y 13 asistencias en su primera Liga que disputa con el Real Madrid.
El Barça empezó la tarde del sábado tocando un rock. Un rock de los buenos, de los 60, 70 u 80. Stones o AC/DC. Un gol a los 6 minutos sólo puede tomarse como una 'Avenida hacia el infierno' (Highway to hell). Recibir un gol tan pronto en un Clásico es mal síntoma. Un error de Alaba, que no llegó a cerrar un pase hacia atrás de Tchouamení, hizo que los blaugranas se adelantaran en el marcador.
Los diriguidos de Xavi estaban cómodos en el marcador. Tranquilos. Manejaban la pelota. Evitaban la movilidad de Vinicius. Disminuían la capacidad de entrega de Kroos y de Bellingham. Hacían olvidar a Rodrygo y a Valverde, que se enfrentó a una de sus víctimas favoritas.
Los primeros 45 minutos culés fueron perfectos, mientras que el Madrid vivía una pesadilla, muy al estilo de 'Apocalypse Now', de Coppola: los merengues eran un soldado perdido en la inmensidad de la selva, un coronel Kurtz que busca encontrar a un grupo de rebeldes en Vietnam, dirigidos por el mismo Marlon Brando. Era el horror.
Los catalanes impusieron su rock hasta el minuto 60, cuando Bellingham, un 'beatle', una estrella, un jugador de época, quiso cambiar el ritmo y apostó por algo más fuerte.
De los Stones, AC/DC pasamos a Led Zeppelin, Black Sabbath, Metallica o Halloween. El Madrid dejó de estar en una 'Avenida hacia el infierno' y transitó en una 'Escalera hacia el cielo' (Stairway to Heaven). Poco a poco, gracias a Bellingham, los merengues primero tocaron un rock clásico y después instalaron ese heavy metal que tanto les gusta. Un remate del británico desde la frontal en el minuto 68 puso el primero. Un gol (con algo de suerte o buen posicionamiento) del inglés subió al marcador como el segundo.
Mick Jagger y Ron Wood han sido eclipsados por un británico que tiene 5 décadas menos. Mucho heavy metal para un rock clásico que, aunque no pasa de moda, se queda viejo. El juego directo y la efectividad pudo con el tiki-taka. La juventud pesó más que una experimentada plantilla culé que no supo cómo cerrar el partido.
El Barça vuelve a experimentar el horror: ese horror de volver a perder un partido que ya tenía manejado. De la falta de efectividad. De dejar vivo al Real Madrid. Un rival que, cuando no lo matas, resurgue como el ave fénix y te destroza en en un abrir y cerrar de ojos.