Era difícil saber cómo iba a responder la afición blaugrana al fichaje de Willy Hernangómez. Sí, era una gran oportunidad de mercado, uno de los mejores pivots que podían llegar de la NBA a Europa, pero su confesado madridismo generaba algunas dudas. Sin embargo, ha caído de pie.
"Estoy muy agradecido del cariño que me está dando la afición desde el primer día. No sólo en el Palau sino en la ciudad", ha destacado el jugador madrileño en la previa del partido ante el Estrella Roja de Euroliga.
Y ha puesto un ejemplo de ese apoyo que nunca le dieron en Estados Unidos. "Cuando empezó la temporada se hablaba de mis tiros libres. Recuerdo que fallé uno y todo el Palau se levantó para animarme y para que metiera el siguiente. Esta sensación de apoyo no la he tenido en casi ocho años en la NBA. Sentirme tan importante en el Barça, arropado por la gente, sólo hace que motivarme más para querer mejorar y dar títulos a este gran club".
Para devolver ese cariño y transformarlo en esos títulos, aún queda tiempo. Como el que necesita para adaptarse y sentirse realmente poderoso. "El Willy que yo quiero ser en el Barça, todavía no estoy cerca. Cada vez me encuentro más cómodo y adaptado a la liga, Euroliga, normas, ritmo de juego. Quiero que el Willy que veáis en el futuro sea el jugador por el que el Barça apostó, el que puede ayudar a ganar partidos y títulos. Ese es mi objetivo personal y trabajo para ello".
De momento, sus medias no son nada malas. 13.4 puntos y 6.9 rebotes en 19 minutos por partido en la liga ACB. Y 10.3 puntos y 4.7 rebotes en 16.7 minutos en Euroliga.