El suspense terminó de la noche a la mañana. Los San Antonio Spurs consiguieron lo que esperaban. La franquicia tejana ha estado planificando toda su temporada para tener la mejor oportunidad posible de conseguir la primera elección en el próximo draft y el plan funcionó a la perfección.
Ahora -no podemos imaginar otro escenario- los Spurs deberán elegir a Victor Wembanyama el 22 de junio. Una elección validada por los nostálgicos, pero sobre todo por una franquicia que parece perfectamente capacitada para lanzar la carrera del fenómeno tricolor al otro lado del Atlántico.
Más esperado que TP
En Francia, cuando se piensa en los Spurs, se piensa en Tony Parker. El mejor jugador de baloncesto francés de la historia ha pasado casi toda su carrera en San Antonio. Pero la comparación se detiene ahí. En primer lugar, porque los dos jugadores no juegan en la misma posición.
Y en segundo lugar, porque "TP " llegó a la NBA de puntillas. No se esperaba que jugara al nivel que lo hizo, pero le debe mucho a Gregg Popovich, su entrenador, su mentor, el hombre que dio forma a su carrera. Cuando Parker llegó, se esperaba que se convirtiera en un sólido jugador de rol, pero nunca podría haber imaginado su carrera.
Su legendario entrenador supo maximizar su potencial para convertirlo en un gran jugador. Y cuando uno ve lo que ha hecho con él, saliva al pensar en él entrenando a un Wembanyama cuyo potencial intrínseco está muy por encima. Es cierto que el "entrenador Pop" está al final de su carrera. Pero mientras la franquicia ha estado en problemas durante las dos o tres últimas temporadas, él se ha quedado cuando ya no tenía nada que demostrar.
Una elección que sin duda debe mucho a la perspectiva de entrenar a semejante fenómeno.
Pop sabe qué hacer
Porque cuando se trata de lanzar la carrera de un prospecto esperado, un nombre viene inmediatamente a la mente: Tim Duncan. Un jugador con menos expectativas que Wemby, pero del que se seguía esperando indiscutiblemente que fuera el número 1 de su draft. Un jugador al que el propio Popovich había convencido para jugar en el puesto 4, junto al almirante David Robinson. Había nacido la carrera del"Gran Fundamental".
Y fue una gran carrera, hasta el punto de que es considerado por muchos como el mejor alero de la historia. No es poca cosa, porque ha habido unos cuantos, en la historia, de los elegidos n°1 del draft que no llegaron a triunfar (los cucos Kwame Brown, Michael Olowokandi y Anthony Bennett). Tener talento es bueno, hacerlo florecer es mejor.
Así que, como se trata de poner a un interior dominante en el centro del proyecto, Pop sabe cómo hacerlo. No obstante, cabe preocuparse por la calidad de la plantilla que tiene a su lado. Devin Vassell, Tre Jones y Keldon Johnson son jugadores que pueden progresar, pero no se les considera estrellas en ciernes; dicho esto, tampoco lo eran Tony Parker o Manu Ginobili. Los veteranos que rondan la plantilla no son trascendentes.
Salvo que el Año I de Víctor también representará el Año I del nuevo proyecto de los Spurs. Una franquicia que sabe ganar, con 5 títulos entre 1999 y 2014, con un auténtico dominio en plena década de los 2000. Una franquicia que ha tenido dos-tres temporadas complicadas para 20 años de gloria. Semejante proporción deja soñar, y suscita la esperanza de ver a Wembanyama avanzar hacia la cima desde el principio.
No hasta el punto de ganar el título en tres años, claro. Aunque después de la lotería declaró eufórico que esperaba ganar un anillo lo antes posible. Su llegará atraerá a algunos agentes libres de calidad, al tiempo que dejará la máxima cantidad de luz sobre el prodigio más esperado desde LeBron James. Eso es todo lo que pedimos.