Arde el Velodrome, dividido entre camisetas albicelestes y rojas. Corre el minuto 80, los Pumas van dos puntos por delante de Gales. Y el joven apertura de los Dragones, Sam Costelow, lanza una nueva ofensiva cerca de sus 22 metros. Pero el apertura del CA Brive está en el momento indicado en el lugar idóneo para interponerse en el camino del oval y galopar hasta posarlo entre los palos.
"Fue un poco de intuición sobre mi intercepción. Agarré el balón y traté de correr rápido", explica sonriente después del partido desde las entrañar del estadio marsellés.
Pero el apertura argentino de 34 años aún tendría una una última ocasión de aumentar sus guarismos con Los Pumas, con un penalti que no falló.
El wing Emiliano Boffelli, intachable antes con 16 puntos, le deja el honor: tres unidades más, ocho en total, en los 11 minutos que pasó sobre el terreno. Poco más podría haberle pedido el técnico Michael Cheika.
Con 899 puntos en su contador, en su 102ª presencia con el maillot de Los Pumas, Sánchez abrió aún más el hueco con Felipe Contepomi (651) y con la leyenda Hugo Porta (590), al que superó en el partido contra Chile como el máximo goleador argentino en los Mundiales.
A la sombra de Santiago Carreras, el apertura del Gloucester inglés, 10 años más joven, Nicolás Sánchez ocupa un rol más secundario en Los Pumas.
Titular únicamente contra los Cóndores de Chile, en aquel partido ya se había hecho notar con un try. Y el sábado repitió para enterrar definitivamente las esperanzas galesas. ¿Será suficiente para hacer cambiar de opinión a Michael Cheika de cara a la semifinal ante los All Blacks?
Durante la rueda de prensa posterior al duelo, el australiano echó balones fuera con su característica mezcla de inglés y español tan poco propicia para los análisis profundos: "Santi y Nico son dos jugadores diferentes pero complementarios. En la nómina para el partidos son 23 jugadores, no sólo 15, y tenemos dos aperturas. Y todo depende también del equipo que tengamos enfrente".
Letal en 2015
El viernes, el reto será faraónico ante los neozelandeses.
Pero Nicolás Sánchez ya sabe lo que es disputar una semifinal de un Mundial, en 2015. Fue él quien marcó todos los puntos de su equipo en la derrota ante Australia al acertar en los cinco penales que chutó.
Con un total de 97 puntos en seis partidos (un try, 13 transformaciones, 20 penaltis y dos drops), finalizó como máximo anotador de aquella Copa del Mundo.
Mascarón de proa de la nave argentina, Sánchez siempre destacó por la precisión quirúrgica de su juego de pie. Cinco años después, el 14 de noviembre de 2020, él mismo ofreció a Los Pumas la primera victoria de su historia ante los All Blacks neozelandeses (25-15) en el torneo de las Tres Naciones. Con un try, una conversión y seis penaltis, marcó la totalidad de los puntos de su equipo.
Miembro de Los Pumas desde 2010, Sánchez deslumbró con su juego en Francia, un país que conoce bien. Tres años en Bordeaux-Bègles, uno con la elástica del RC Toulon y cuatro años en el Stade Français, hasta 2022: el jugador de San Miguel de Tucumán sólo pasó dos temporadas en su país, con la franquicia de los Jaguares (2016-2018), antes de regresar al top 14 galo.
Llegado al CA Brive en plena temporada 2022/23, no logró impedir el descenso del club a la segunda división francesa. Y aunque ningún equipo de primer plano contó con sus servicios esta temporada de Mundial, Cheika sabía que podía contar con su experiencia.
"Vamos a jugar la semifinal de la Copa del Mundo, pero aún no hemos alcanzado nuestro objetivo: llevar por vez primera a Los Pumas a la final", afirmó después del encuentro.
"Toda mi familia está ahí, en un país en el que he vivido mucho tiempo. Tenemos la oportunidad de subir a París, pero sabemos muy bien que el rival no será fácil", concluyó.