La Fonteta vuelve a acoger (20h45 CET) un partido de la competición continental, cuya importancia no es poca porque ahora está en la duodécima posición y se enfrenta a un rival que, un puesto justo por encima, está en una situación similar. Los dos quieren llegar a los playoffs, si bien la realidad es que ambos pueden quedarse fuera (como ocurriría si acabara ahora la fase regular). La emoción está servida, pero habrá que esperar para ver a Shannon Evans, el último refuerzo, sobre el parqué.
Álex Mumbrú, que tampoco puede contar con Víctor Claver, Jasiel Rivero, Martin Hermannsson, Sam Van Rossom y Millán Jiménez, habló ante los medios: "Nos enfrentamos a un equipo que está en claro crecimiento, que viene de ganar cinco de seis partidos en Euroliga y que está jugando cada vez mejor. Han cambiado defensivamente, están mucho mejor y más sólidos, han subido muchos escalones. Y en ataque tienen talento y jugadores muy determinantes. Seguro que será un partido difícil aquí en casa".
Ese encuentro queda en un segundo plano, salvo para los aficionados taronjas, porque coincide con el duelo que van a protagonizar Cazoo Baskonia y Barcelona Basket (20h30 CET). Ambos están muy bien posicionados para luchar por el título, algo parecido al torneo nacional, pero no tienen nada asegurado hasta ahora y también querrán terminar lo más arriba posible. Además, el equipo vasco lleva tres derrotas consecutivas, algo sorprendente si tenemos en cuenta su buen hacer en este curso 2022/23.
El Buesa Arena recibirá a los de Jasikevicius, que perdieron contra Anadolu Efes (75-80) en su último compromiso en Euroliga y tan solo han ganado uno de los tres más recientes (frente a ASVEL Lyon por 75-82 después de claudicar frente a la Virtus de Bolonia por 75-83). Esta mala dinámica se ve con otros ojos si se compara con la de su rival de este jueves, que agradece ahora esa fantástica racha de victorias de entre finales de noviembre y principios de enero (12 consecutivas entre ambas competiciones).