Fue en enero de 2021, hace poco más de dos años, la última vez que Zlatan Ibrahimovic (41) y Romelu Lukaku (29) se enfrentaron con las camisetas del Milan y del Inter. Una ocasión, en la Coppa Italia, que ha pasado a la historia por la disputa entre ambos, convertida en el símbolo más reciente de la rivalidad entre los dos equipos milaneses.
Tanto es así que, a tiro de piedra de San Siro, poco después apareció un mural con una de las imágenes más icónicas de la última década del fútbol italiano. El rossonero y el nerazzurro, frente a frente, con sus duras expresiones delatando la rabia por todas las palabras dichas sobre el terreno de juego antes de esa imagen ("Haz tu mierda de vudú" había gritado Zlatan a su rival, enfureciéndolo: una referencia a algunos rumores siempre desmentidos de su pasado en la Premier League).
Ahora, dos años después, volverá a ser Lukaku contra Ibrahimovic, esta vez con sus respectivas selecciones nacionales. Una cita cargada de significado, sobre todo para el rossonero, que volverá a vestir la camiseta de Suecia un año después de la última vez y siete tras la Eurocopa de 2016, cuando se despidió por primera vez de amarillo y azul, precisamente ante Bélgica.
El de Zlatan y Romelu es un reto nunca baladí, sobre todo porque si la última vez ambos se enfrentaron en el momento más feliz de su aventura italiana, esta vez lo harán en busca de la confirmación tras una temporada para olvidar.
Tantas lesiones importantes en un bando y en el otro, un regreso infeliz a Milán para Lukaku y una recuperación larga y complicada para Ibrahimovic. Sólo quedan unos retazos de temporada para escribir su nombre en un campeonato que ha sido decepcionante hasta ahora, y la mayor oportunidad para ambos, con el Scudetto ya muy lejos de su alcance, será disputar la Liga de Campeones.
Todavía hay esperanzas de ver enfrentarse a dos colosos del fútbol europeo en los próximos meses, pero sin duda el Suecia-Bélgica será la mayor oportunidad.
"¿Qué significa la presencia de Lukaku? Nada, es un partido normal", dijo el sueco en rueda de prensa dos días antes del encuentro. Es difícil creerle, sobre todo porque el fútbol ya nos ha enseñado una cosa: frente a sus mayores enemigos, los grandes campeones siempre se emocionan.
Inter y Milan deberán esperar que este cara a cara sea la chispa que permita ver algo de la clase y la mala leche de dos grandes fenómenos del fútbol que en las últimas temporadas han sabido encarnar la vuelta al dominio milanés en la Serie A tras la hegemonía del Juventus.