La Europa Liga es la competición fetiche para el Sevilla. Seis veces la ha ganado y quiere una séptima. Así lo necesita también la afición hispalense, tan acostumbrada a sufrir en los últimos tiempos después de aquellos de bonanza y de triunfos. Es como una vía de escape para los problemas en el torneo doméstico. 

Por eso los de Sampaoli salieron a jugar en campo del PSV, atosigando a los hombres de una leyenda como Van Nistelrooy y que tiene a Xavi Simons como referente tras las salidas de varias estrellas en enero. A veces, sin embargo, se confunden las ganas con precipitación. Entre ambas, una delgada línea que puede provocar resbalones inoportunos como el de En-Nesyri dentro del área. O que dejes desguarnecida tu defensa y Bono tenga que ponerse demasiado pronto el traje de héroe para salvar un disparo muy peligroso de Saibari.

Sufría el Sevilla, que quería control pero en vez de tila tomó chutes de café y los nervios le jugaron malas pasadas. Hasta que apareció Jesús Navas para, con un centro chut, enfocar a sus compañeros. Cerca también se quedó una falta lanzada por Rakitic, que buscó el centro y se transformó en un disparo sin querer que casi se cuela. 

Fue el preámbulo del gol de En-Nesyri en el añadido de la primera parte. Navas, otra vez él, centró por la diestra en su enésima incorporación al ataque y el marroquí apareció por el primer palo para rematar y batir a Walter Benítez. Cuarto tanto del marroquí en los últimos cuarto partidos. Y lo querían vender. 

El factor Ocampos

Con ese buen sabor de boca, el Sevilla volvió al césped con más hambre si cabe. Con confianza, este equipo tiene buenos mimbres, muy buenos se podría decir. Como Lucas Ocampos. Rebotado del Ajax, donde no le dieron bola, el argentino les dio una alegría indirecta a los de Amsterdam marcando un golazo a los de Eindhoven. Pinchó la bola con la derecha y sacó un latigazo con la izquierda mientras se daba la vuelta que se convirtió en un golazo. Un cuarto de gol para Navas, que sorprendió a los rivales sacando rápidisimamente de banda, y otro para Óliver por el centro a Lucas. 

No contento con su diana, Ocampos se gustó tanto que instantes después se sacó un taconazo de manual para dejar el balón muerto a un Gudelj que entraba como un elefante en una cacharrería para chutar con fuerza y reventar las mallas. En diez minutos, 3-0. 

Buscó con ahínco el cuarto el Sevilla para no sufrir demasiado en el Phillips Stadium, pero el que estuvo más cerca de marcar fue el PSV con un disparo al palo de Veerman. No se rindió el cuadro holandés a pesar de lo abultado del marcador, pero no obtuvo recompensa y mucho tendrá que cambiar si quiere dejar en la cuneta al hexacampeón de esta competición. 

Jugador Flashscore del partido: Lucas Ocampos (Sevilla FC).

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