Mike Tyson y su alianza con Francis Ngannou con motivo de "una hazaña imposible"

Publicidad
Publicidad
Publicidad
Más
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Mike Tyson avisa a Francis Ngannou y reconoce que está "muy orgulloso" de él
Tyson y Ngannou posan para los medios.
Tyson y Ngannou posan para los medios.IAN MAULE / AFP
Golpes secos y potentes resuenan en una sala de paredes negras de Las Vegas, delante de una audiencia reducida y fascinada: el camerunés, estrella de las artes marciales mixtas (MMA), se prepara de cara a un combate con muchos alicientes.

Francis Ngannou, de 37 años y excampeón de los pesos pesados de la UFC, sorprendió al programar un lucrativo e intrigante combate de boxeo contra el 'Gipsy King', rey del peso completo, previsto para el 28 de octubre en Riad (Arabia Saudita).

El entrenador Dewey Cooper, recubierto de protecciones, se coloca enfrente de Ngannou, una verdadera montaña con guantes blancos (1,93 m, casi 120 kilos de peso).

Izquierda-derecha, gancho-uppercut, Cooper dirige una danza precisa que hace hablar a los puños del campeón.

Ngannou confía en sus posibilidades.
Ngannou confía en sus posibilidades.IAN MAULE / AFP

Más atrás, con una gorra blanca y negra en la cabeza, Mike Tyson, de 57 años, interviene de forma puntual para corregir movimientos a su discípulo.

"Viene de vez en cuando a echar una mano, a aportar su experiencia. Se lo pedí expresamente hace cuatro años, mucho antes de que se anunciara el combate, la primera vez que me reuní con él", explicó Ngannou con voz tranquila a la veintena de medios presentes. "Hay algo inspirador y motivador en él. Si alguna vez pudiera tener un poco de lo que él tiene, el boxeo sería muy fácil para mí, continuó.

Tyson, "muy orgulloso"

Apodado El Depredador y con Tyson como "ídolo", no tiene palmarés profesional en el boxeo. Se forjó fama de formidable pegador al convertirse en campeón de los pesos pesados de la UFC, título que conservó hasta su marcha en enero tras varios encontronazos públicos con el presidente de la organización, Dana White.

El camerunés, que ganó 17 de sus 20 combates profesionales en la UFC, 12 de ellos por nocáut, asegura que ganará más dinero con este combate contra Fury que en toda su carrera en esa organización.

Mike Tyson confía en su pupilo.
Mike Tyson confía en su pupilo.IAN MAULE / AFP

Ngannou insiste en que se toma muy en serio esta pelea de boxeo, deporte que practicó antes de llegar a Francia en 2012 y descubrir las artes marciales mixtas.

"Él es todo pelea, trabaja duro, creo que la gente se va a sorprender", dijo Tyson desde el ring con una voz ronca y apenas audible. "No sé si Fury está nervioso, pero haría bien en estarlo", agregó.

"Estoy muy orgulloso de él, se enfrenta quizá al mejor boxeador del mundo. Estoy deseando verle dar ese paso hacia esa hazaña imposible", afirmó Tyson.

"Mastodontes"

Por su parte, el excéntrico Fury, de 35 años, se mantiene invicto en el ring (33 victorias y un empate) y es el gran dominador actual de los pesados en una accidentada carrera que incluye episodios de depresión, abuso de drogas y varias entradas y salidas del retiro.

Campeón del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), el británico no pondrá en juego su cinturón, en un combate que se disputará "según las reglas oficiales".

A pesar del desequilibrio aparente, "cualquier cosa puede pasar en los pesos pesados", advierte el francocamerunés Carlos Takam, otro referente de la categoría a sus 42 años, vencedor de su último combate en marzo frente a Tony Yoka en París.

Ngannou es un portento físico.
Ngannou es un portento físico.IAN MAULE / AFP

"Estamos hablando de mastodontes, tipos que pueden lanzarte un puñetazo de 120 kg. No se sorprendan si algo ocurre durante esta pelea. Si Francis aterriza bien su golpe, Tyson Fury lo recibe y no se vuelve a levantar", afirma Takam.

El boxeador lleva preparándose con Ngannou desde principios de agosto en Las Vegas para uno de los combates de apertura del 28 de octubre en Riad contra el congoleño Martin Bakole.

"Hace tres meses, nadie lo creía", dice Ngannou sobre las acusaciones de que se trata de una "mala decisión" que podría "arruinar su carrera".

"Y sin embargo, aquí estamos, hablando del mayor combate de la historia", sonríe el coloso, que también continuará su carrera en las MMA tras firmar un contrato con la organización PFL, competidora de la UFC.