Kemba Walker (32), que ha sido parte del All Star en cuatro ocasiones, va camino de convertirse en el gran protagonista del mercado porque está muy cerca de firmar por Olimpia Milano, como ha explicado la Gazzetta dello Sport y han confirmado otras fuentes. Se trata de un movimiento de alcance internacional porque va a cruzar el charco en el sentido contrario al habitual para liderar el proyecto de un equipo que está en lo más alto de la Lega A y penúltimo en la Euroliga.
Lo cierto es que los italianos necesitan casi un milagro para alcanzar el octavo puesto y poder pelear por el título, pero la llegada de un jugador tan potente puede ser la mejor de las soluciones. Si no hubiera cambios en la plantilla, desde luego, sería una auténtica quimera dada la trayectoria hasta la fecha, pero con el estadounidense parece más plausible porque, además, viene con algo de ritmo y está llamado a ofrecer un gran rendimiento de forma inmediata (entre los días 18 y 22 de diciembre disputó 84 minutos).
No se puede obviar que estuvo ocho meses consecutivos (de 2022) sin participar por problemas físicos, pero parecen ya resueltos y debería ser cuestión de tiempo que recupere su mejor nivel o, al menos, pueda acercarse al mismo. Eso sí, lleva prácticamente un año sin acumular al menos cinco encuentros seguidos con participación, lo que demuestra una más que evidente falta de regularidad y de continuidad.
La experiencia de Walker en los Mavericks ha sido la peor de toda su carrera, una situación radicalmente opuesta a las otras porque estas fueron especialmente fructíferas. Comandó a Charlotte Hornets durante más de un lustro y en la gran mayoría de temporadas promedió más de 20 puntos (hasta 25,6 en la 2018/19). Mostró también un nivel similar en Boston Celtics y bajó sus prestaciones en New York Knicks, donde, además, disputó muchos menos partidos (37).