Marc Cucurella (24) fue uno de los fichajes más sonados en agosto de 2022. Alrededor de 68 millones de euros le hicieron abandonar el Brighton para recalar en el Chelsea. Dejaba atrás un club que aspiraba a salvarse de forma holgada para empezar una nueva etapa en una de las entidades más potentes de Inglaterra, ni más ni menos que el campeón de la Champions League en 2021. Parecía un cambio muy interesante también en lo deportivo (la mejora de ficha estaba garantizada).

Es seguro que el ex del Getafe no esperaba vivir una temporada tan mala en la Premier. Su equipo ocupa la duodécima posición, naufraga por la zona media de la tabla y carece de aspiración desde hace ya bastantes jornadas, demasiadas para una afición poco acostumbrada. Sin ir más lejos, el Fulham va a acabar por delante y el Crystal Palace también tiene opciones. Por supuesto, está por detrás de los que debían ser sus rivales más directos (Manchester City, Arsenal, Liverpool, Tottenham, etcétera).

El ahora lesionado Cucurella podía llegar a imaginar una eliminación a nivel continental contra el Real Madrid, como ya ocurrió en la campaña anterior, pero seguramente daba por hecho que sus antiguos compañeros iban a estar por detrás en el torneo regular (62 puntos frente a los 43 que tienen los londinenses, a una distancia similar de la séptima plaza que del descenso). Los 36 goles a favor, uno por jornada, han sido un lastre para el cuadro dirigido ahora -hasta el final del curso- por Frank Lampard.

Paradójicamente, el lateral, que ya sabe lo que es ponerse la camiseta de España (selección absoluta, inferiores y olímpica), verá desde su casa cómo se desarrollan partidos de Europa League en el Falmer Stadium. Los martes, miércoles y jueves, salvo cuando haya partidos de competiciones nacionales, serán bastante tranquilos para los jugadores del plantel de Stamford Bridge, cuyo rendimiento ha sido muy deficiente tanto con Graham Potter como con el actual técnico.