La reina Letizia y la infanta Sofía acudirán a Sídney para animar y apoyar a España en su encuentro frente a Inglaterra. La ganadora en este duelo decisivo conquistará el Mundial de Australia y Nueva Zelanda. Mientras que las de Sarina Wiegman pueden hacerse con el oro poco más de un año después de ganar la Eurocopa, el conjunto comandado por Jorge Vilda aspiran a inaugurar su palmarés por todo lo alto, con el trofeo más cotizado.

Cabe destacar que la monarca estuvo junto al equipo antes de viajar a Oceanía. Se desplazó a Las Rozas para mostrar su compromiso con un plantel que ha hecho historia. También estuvieron en aquella ocasión Luis Rubiales, presidente de la Real Federación Española de Fútbol; Víctor Francos, secretario de Estado para el Deporte; y Mariano de Paco Serrano, consejero de Cultura, Turismo y Deporte de la Comunidad de Madrid. Lejos de tener un papel pasivo, acompañó a las futbolistas durante un entrenamiento y finalizó con un discurso motivacional que, según la RFEF, "caló hondo en jugadoras y cuerpo técnico".

Rubiales, como muestra de agradecimiento, le otorgó una camiseta. Además, tanto Jorge Vilda como la capitana Ivana Andrés apuntaron en esa misma dirección y prometieron dar lo mejor de sí mismas en el campeonato. Y así ha sido (balance de cinco victorias y una derrota, con 17 goles a favor y sólo siete en contra). Llegar a octavos era el mínimo exigible y avanzar a cuartos ya entraba en terreno histórico y sin precedentes. A partir de ahí, una alegría tras otra.

Pase lo que pase al final de la semana, la trayectoria de la Roja en este torneo será inolvidable. Cuando nadie apostaba por ellas y después del duro correctivo de las japonesas (4-0), sólo 90 minutos se conforman como barrera hasta la gloria. El hecho de tener una oportunidad histórica de lograr una estrella, la primera, que sólo puede lograrse cada cuatro años, ha provocado que la Casa Real vaya a emprender un camino de miles de kilómetros.