Si bien es cierto que el rugby, en el que Nueva Zelanda es una superpotencia a nivel planetario, predomina en los países en los que se disputará la Copa del Mundo (20 de julio al 20 de agosto), también hay que apuntar que el fútbol ha cobrado relevancia en los últimos años.
En lo que se refiere al deporte que se juega con los pies y para el que se emplea un balón esférico, Australia va varios pasos por delante de sus vecinos. En categoría masculina se han clasificado para los cinco últimos Mundiales y se cambiaron a la federación asiática en 2006 para aumentar su nivel. Un cambio que les ha ayudado a mejorar sus prestaciones gracias a competir con selecciones de mayor entidad.
Ya en 2015 los 'Socceroos' alcanzaron a ganar la Copa de Asia, lo que supuso un importante avance para un fútbol que se había estancado en demasía tras cinco títulos de la Copa de las Naciones de la OFC (Oceanía).
Muy distinta ha sido la historia para los neozelandeses, que vieron en la marcha de los aussies la posibilidad de aumentar su prestigio en el continente oceánico. Aún así, su participación en Mundiales se reduce a dos apariciones (1982 y 2010) en las que no ha sumado ni una sola victoria.
Remontando en el femenino
Al fútbol femenino de Australia y Nueva Zelanda le costó algo más despegar, como ha sucedido prácticamente en la totalidad de países del globo. La creación de sus respectivas ligas profesionales data de la primera década del presente siglo y el número de equipos que las componen es muy reducido.
La Australiana A-League surgió en 2008 como W-League y desde entonces ha tenido como dominador al Sydney FC con cuatro entorchados de la Grand Final y cinco de la temporada regular. En el torneo neozelandés han contado con 8 equipos en su última edición, uno más que en la anterior.
En lo que a selecciones se refiere, hay que destacar que las mujeres han sido más prolíficas que los hombres. Además, por primera vez en la historia, para esta edición de 2023, Australia aparece como una de las candidatas a llegar lejos en la Copa del Mundo. Las Matildas están trabajando muy bien y cuentan con jugadoras de clase mundial, como es el caso de Sam Kerr, la delantera del Chelsea que es el estandarte de su combinado nacional.
Australia sólo faltó al primer Mundial, celebrado en China en 1991. A partir de ahí se han clasificado para los ocho siguientes, incluido el de 2023, en el que coorganiza, siendo los cuartos de final lo más lejos que han llegado. Nueva Zelanda, en su caso, ha comparecido seis veces en la cita cayendo siempre en primera ronda y dejando un balance de tres empates y 12 derrotas.
Una gran oportunidad
El crecimiento del fútbol en Australia y Nueva Zelanda va a buen ritmo y la Copa del Mundo femenina es una gran oportunidad para seguir introduciéndolo en la cultura local. Además, se espera que sea la edición más igualitaria del torneo, por lo que también servirá para acortar la brecha entre hombres y mujeres.
Los premios se han equiparado a los masculinos, las jugadoras recibirán una remuneración garantizada por participar y el interés ha quedado patente con el buen ritmo al que se han vendido las entradas para ver los partidos.
"Mientras escribo esto, se han vendido 1.032.884 entradas. Esto significa que faltando más de un mes para el inicio, hemos superado los números vendidos para Francia 2019, lo que significa que Australia y Nueva Zelanda 2023 está en camino de convertirse en la Copa Mundial Femenina de la FIFA más concurrida de la historia", dijo Gianni Infantino, presidente de la FIFA, hace poco en un comunicado.