Jaime Mata (34) es el gran beneficiado por la llegada de José Luis Bordalás. El ex del Valladolid es uno de sus hombres de confianza y apenas ha tardado dos jornadas en recurrir a él. Da igual que lleve más de un año sin ser de la partida (9 de enero de 2022) o que haya que retroceder hasta el 21 de noviembre de 2021 para recuperar su último gol en LaLiga. Han cambiado mucho las cosas desde entonces, pero el regreso del alicantino hace que la sensación sea otra, es decir, que todo parezca seguir igual.

El ariete y el técnico han vivido juntos grandes noches europeas: tumbaron al Trabzonspor, al Krasnodar e incluso al Ajax. El madrileño vio portería contra el conjunto turco, frente a los neerlandeses y, además, contra el Basel. Despidieron aquella temporada mágica en el campo del Inter de Milán, con derrota por 2-0 en los octavos de final de la Europa League. La situación ahora tiene muy poco que ver, pero una permanencia puede celebrarse con la misma euforia que un triunfo a nivel continental.

El ex del Valencia valora el gran trabajo que realiza habitualmente Mata, en tiempos pretéritos acompañado también por un buen puñado de goles (marcó 16 en la élite durante la campaña 2018/19 y llegó a celebrar 35 con el Pucela en Segunda justo el curso anterior). "Es un chico muy generoso en el esfuerzo y lo da absolutamente todo", explicó en la rueda de prensa posterior al duelo ante el Celta de Vigo, un triunfo que permite sumar tres puntos muy necesarios en la carrera por la salvación.

El propio ariete del Getafe reconoció que tenía "unas ganas tremendas de ayudar al equipo dentro del campo" y también se mostró muy contento por el relevo en el banquillo: "Todos sabemos que Bordalás es un motivador nato. Él nos ha dado el cambio que necesitábamos para ver las cosas de otra forma". Parece muy claro que no va a echar de menos a Quique Sánchez Flores, quien se encargó de mantener la categoría meses atrás después de ocupar el puesto de Míchel González.