Tras el 1-1 de la ida en el "Vélodrome", la Atalanta se impuso al Olympique de Marsella con facilidad, 3-0, escribiendo la primera gran página europea de la historia para el club lombardo.
La Dea está por primera vez en la final de una competición internacional, que jugará en Dublín el 22 de mayo.
La primera parte
El ritmo fue alto desde el principio, ya que los dos equipos prefirieron no especular con el 1-1 de la ida.
Al elegir el once inicial, Gian Piero Gasperini envió un mensaje contundente al ataque: a los cinco minutos, la Atalanta estuvo a punto de adelantarse, pero el disparo de Charles De Ketelaere, desviado, se estrelló en el poste exterior.
El OM respondió con un intento lejano de Iliman Ndiaye. Mucho más peligroso fue Scamacca unos segundos después, pero su disparo cruzado se marchó fuera por poco.
El conjunto bergamasco llegaba una y otra vez, pero o fallaban o se encontraban con una gran intervención de Pau López. A la media hora de juego, por fin tuvo su premio. Ademola Lookman recibió en la frontal del área y soltó un fuerte derechazo que, gracias a un desvío de Samuel Gigot, se convirtió en imparable para Pau López por la escuadra.
Pero la Dea, insaciable, no se detuvo y siguió creando buscando el doblete, aunque la primera parte acabó "sólo" 1-0.
La reanudación
Estuvo más cerca tras la vuelta al campo el empate, pero la vaselina de Ndiaye se marchó fuera por poco.
Los Orobici no se amilanaron y tras el susto encontraron el 2-0 poco después con Matteo Ruggeri, que se lanzó al espacio y perforó a Pau López con un gran derechazo tras una triangulación con Lookman.
En el minuto 63, el Olympique de Marsella disfrutó de una gran ocasión para recortar, pero el tiro de Veretout acabó en el larguero.
El tiempo corrió inequívocamente en contra de la suerte de los franceses, que acabaron rindiéndose al resultado que había madurado sobre el terreno de juego, que nunca estuvo en duda: antes del pitido final hubo tiempo incluso para el 3-0, marcado por el ex del Almería El Bilal Toure.
El tercer gol selló la fiesta del Atalanta, que junto a su gente celebró su llegada a una final europea por primera vez en la historia.