El Getafe recibe al Celta de Vigo y necesita sumar los tres puntos para intentar dormir fuera de la zona roja. No depende de sí mismo a corto plazo, pero ir encadenando victorias se traducirá en la permanencia. Recibe este miércoles a un rival que está lejos de su mejor versión (un triunfo en los últimos seis encuentros) y que todavía no ha sellado la ansiada salvación.

José Luis Bordalás reconoce que el vestuario está "dolido" tras la derrota en Barcelona, pero el hecho de no tener que esperar una semana para volver a competir permite cambiar "el chip rápidamente". El técnico cree que el conjunto gallego "no va a regalar nada" y es consciente de que se trata de una nueva "final" para su equipo, con seis jornadas por delante para arreglar la mala situación.

El alicantino considera que ayuda el hecho de conocer a los futbolistas cuando llega a un club que está tan necesitado y hay "tan poco tiempo" para revolucionar la dinámica de resultados. Pese a que buena parte de la plantilla ya coincidió con él en su anterior etapa, se quita algo de presión e incluso de culpa tras la derrota ante el conjunto catalán. "Ningún entrenador puede cambiar cosas con una sola sesión de entrenamiento", explicó en la previa del choque frente al cuadro celeste.

Confiado en que los suyos rendirán a la altura de las circunstancias, ve necesario que la afición anime durante el choque, pide unidad y no tiene ninguna duda de que "habrá un gran ambiente". Parece muy probable que esto se dará, pero menos certezas hay respecto a la participación de Luis Milla y Mauro Arambarri, quienes se presentan como incógnitas. El propio Bordalás ha dicho ante los medios de comunicación que esperarán para decidir si pueden finalmente ayudar.

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