El Unicaja de Málaga, que pretende darle continuidad al proyecto de Ibon Navarro, afrontaba con ilusión y optimismo el partido contra el Real Madrid. El escenario no podía ser mejor para lograrlo: un Martín Carpena lleno y más de 10.000 gargantas dispuestas a darle ese empujón necesario en las fases más complicadas. Y el primer bache llegó mucho más pronto de lo esperado: con un duro parcial de 0-8.

Aun así, los locales entraron en calor y empezaron a recortar distancias, siempre por debajo del vigente campeón de la Supercopa de España durante los diez primeros minutos (14-18 al final). La gran diferencia estuvo en el acierto en tiros de dos (30% para los malacitanos y 71% en el caso de los de Chus Mateo). Además, tanto Tavares como Poirier se hicieron muy fuertes en el rebote defensivo, aunque el buen hacer de Unicaja en defensa le permitió sumar hasta cinco recuperaciones.

Fue en el segundo cuarto cuando, por primera, vez, los verdes se impusieron en el electrónico. Fueron ventajas mínimas, nunca más de dos puntos, pero suficientes para que el público se viniera arriba. La alegría duró lo justo pese al nulo rendimiento del Real Madrid desde la línea de 6,75 metros (cero de cinco), ya que otra buena racha de 0-8 convirtió el momentáneo triunfo del conjunto anfritrión (31-29) en un pequeño colchón para los de la capital (31-37).

Peor le fueron las cosas a Unicaja tras el descanso, especialmente en el apartado anotador. Tardaron los de Ibon Navarro en volver a encestar y el 0-8, sumando lo ocurrido antes del paso por vestuarios, pasó a ser un 0-17 que, aunque no enmudeció al Carpena, generó cierto bajón. Pese a las malas sensaciones, Brizuela, figura más destacada del encuentro en ataque (17 puntos y tres asistencias), se encargó de evitar que los blancos se fuesen en el marcador y el cuadro malagueño pudo encadenar un 7-0. El intercambio de golpes en el tercer cuarto dejó un 47-56 para los diez minutos finales.

El Unicaja, peleón hasta el final

Lejos de conformarse con ofrecer buenas sensaciones y generar ciertos problemas, como ya ocurrió en febrero de este año en el mismo escenario (91-92), los de la Costa del Sol plantaron cara en el último cuarto y un parcial de 8-0 situó la desventaja en solo cinco puntos. El Real Madrid trató de escaparse de nuevo y sumó un contundente 2-11. Los intentos del Unicaja, que perdía de nueve a tres minutos, dio pasos hacia adelante y devolvió el golpe con otro 7-0, en parte gracias a una técnica a los visitantes.

Los intentos incansables del conjunto local, esfuerzo cuyo público agradeció, no evitaron el tercer triunfo liguero de los blancos (71-76), que afrontan el clásico de Euroliga frente al Barça (jueves, 20:30 horas) con buenas sensaciones. Los azulgranas querrán resarcirse tras la derrota en la Supercopa de España. Además, perdieron frente al Olympiacos en la primera jornada de la competición continental y buscarán estrenar su casillero.

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