Si el duelo en Madrid comenzó con el sentido y querido homenaje a Pablo Laso, ahora entrenador del Bayern, los prolegómenos en Múnich también fueron emotivos, aunque por otra razón: la del fallecimiento de Franz Beckenbauer. Se guardó un sepulcral minuto de silencio y los jugadores blancos vistieron una camiseta de calentamiento con el nombre y el número 5 de la leyenda alemana.
Musa y Hezonja, desatados
El hermanamiento duró hasta el salto inicial. A partir de ahí, los de Chus Mateo se desataron con Musa y Hezonja como ejecutores del 6-15 inicial. Laso paró el partido y su 'lasina' tuvo efecto con un 12-2 y un Ibaka poniendo en jaque a Tavares. Nada que no pudieran remediar Musa y Llull para cerrar el primer cuarto 18-24.
La diferencia, ahora sí, empezó a abrirse de manera peligrosa para los muniqueses (27-42, min. 16) con Campazzo y Llull marcando el ritmo que les venía bien para hacer parecer más grande el aro. De nuevo el Bayern reaccionó desde la defensa y con Brankovic tomando la responsabilidad en ataque para llegar al descanso por debajo de la decena (36-45).
Serge Iblocka
El regreso a cancha llegó con mayor agresividad en defensa, con Ibaka (o IBLOCKa) y Bonga subiendo el nivel para impedir que los madridistas, de nuevo liderados por Musa, y con la aparición de Alocén, rompieran definitivamente el encuentro. Se veía a los de Chus Mateo con un punto más de todo, pero incapaces de escaparse.
La bestia se despierta
Así que al último y decisivo cuarto se entró con 11 de ventaja para los blancos (53-64) y el Bayern aún vivito y coleando. Tanto que incluso se pusieron a 5 con un triple de Sylvain Francisco (65-70). Pero si los de Baviera querían ganar con sus lanzamientos exteriores, el Madrid dobló su apuesta con un 3-20 de parcial (68-90, min. 37).
Y no hay nadie en Europa que pueda contrarrestar ahora mismo su potencial. Abalde, Llull, Poirier, Musa... la bestia se despertó en cuanto le apretaron y destrozó al Bayern en los cinco últimos minutos para sellar el triunfo 71-92.