Tal y como ha informado el periódico The Times, la unión ibérica va a contar con la participación del país ucraniano para la edición mundialista de dentro de ocho años. Según la mencionada fuente, Vlodímir Zelenski, presidente del país, ha dado su visto bueno a dicha propuesta, que va a servir también para contrarrestar la mala imagen de la elección como sede de Catar, bajo la sombra de la corrupción y con el rechazo que genera un país donde las mujeres tienen muchos menos derechos que los hombres, más allá de los miles de trabajadores que, presuntamente, han muerto en las labores de construcción de los estadios.

2030 queda bastante lejos todavía y esta será la menor de las preocupaciones para Ucrania, inmersa en plena guerra tras la invasión ordenada por Vladímir Putin a principios de este año. La Unión Europea ni mucho reconoce las últimas anexiones de Rusia, que ha dado cierto paso atrás en su intento por hacerse con la capital (Kiev).

Esta incorporación a la candidatura tiene un carácter simbólico e incluso, por qué no, estratégico. A la Real Federación Española de Fútbol y a su presidente, Luis Rubiales, le sirven para ofrecer una imagen de conciliación y bondad de cara a la opinión pública, especialmente en estos tiempos tan tensos. La institución atraviesa una importante crisis por lo ocurrido en el equipo nacional femenino y el que fuera jugador del Levante Unión Deportiva es uno de los actores principales, más allá de todas las publicaciones que llevó a cabo El Confidencial hace unos meses.

Aspectos negativos

España tendría una mayor representación que Portugal (Lisboa y Oporto únicamente). Sin embargo, la presencia de Ucrania provoca que haya menos partidos a repartir y, en consecuencia, menos estadios y ciudades como sedes del Mundial 2030. Esto, por supuesto, no afectaría al Santiago Bernabéu, el Wanda Metropolitano o el Camp Nou, que son los más grandes e importantes, pero sí a aquellos que son aspirantes y, en caso de confirmarse todo lo comentado, podrían ser descartados.