Mario Saint-Supéry no está en las portadas de los periódicos porque no disputó ningún segundo, pero su nombre queda escrito en la historia de la competición. Nunca antes un jugador tan joven había sido capaz de ganar la Copa del Rey. Luka Doncic lo consiguió con apenas unos meses más, al borde de cumplir los 17, hace ya más de un lustro (2016). El malagueño, por tanto, recoge el testigo de una de las grandes estrellas de la NBA, donde cada noche deja actuaciones de un nivel altísimo.

El cuadro verde llegó a los últimos segundos del choque frente al Real Madrid con bastante margen (11 puntos), pero eso tampoco provocó que Ibon Navarro lo hiciera debutar. Los cuartos de final contra el Barcelona estuvieron mucho más igualados, ya que se decidieron en la prórroga. Este domingo, ante Lenovo Tenerife, se volvió a quedar en el banquillo durante todo el duelo. Sin embargo, disfrutó como un niño, que por otro lado lo es, y vivió la fiesta con la misma intensidad que Alberto Díaz y compañía.

Saint-Supéry debutó con el primer equipo en marzo de 2022, si bien tan solo jugó 50 segundos en la durísima derrota de la Basketball Champions Cup frente al Oostende (86-68). Tres días después, contra Monbús Obradoiro, superó el minuto de juego en una jornada con final feliz para los suyos (71-85). En torno a un mes pasó hasta que se estrenó en el Martín Carpena: contra Cazoo Baskonia, un emocionantísimo encuentro (72-73) en el que pudo capturar su primer rebote en Liga Endesa.

Sus primeros dos puntos llegaron en la presente temporada. El Unicaja de Málaga afrontaba el derbi frente al Real Betis después de caer en la pista del Joventut de Badalona (74-65) y ese resultado negativo no mermó a una plantilla que aplastó a la del Real Betis (106-60). Hasta el día de hoy, Mario, que ese día también repartió una asistencia, nunca ha jugado tanto (05:25). Protagonizó otra canasta más en la paliza ante el Fuenlabrada (85-117) y acertó en un tiro libre, ya en 2023, en el choque ante Bilbao Basket (92-79).