Málaga tenía ganas de volver a celebrar. La temporada pasada resultó bastante decepcionante, sin participar siquiera en la Copa del Rey e incluso coqueteando con la posibilidad de descender durante tramos muy puntuales, pero este nuevo curso empezó bien y ya, pase lo que pase, será inolvidable por lo ocurrido este pasado fin de semana en Badalona. El Unicaja afrontaba la competición con mucha confianza, pero con opciones reducidas de triunfar después de que el sorteo no acompañara.

Tras tumbar al Barcelona en la prórroga y hacer lo propio contra el Real Madrid en semifinales, esta vez sin acudir al tiempo extra, los del Martín Carpena vencieron al cuadro tinerfeño tras repetir en el último cuarto los 23 puntos del anterior. Se medían a la gran revelación de la temporada, un rival contra el cual habían perdido en las últimas cinco ocasiones y con varios rostros conocidos en el plantel (Giorgi Shermadini, Jaime Fernández, Sasu Salin y Tim Abromaitis). Los cuatro, además, piezas claves para Chus Vidorreta.

Pasadas las dos de la madrugada, después de las pertinentes celebraciones en tierras catalanas, los verde y morados llegaron a la Costa del Sol, donde cientos de aficionados celebraron la conquista de una competición que tan solo habían ganado una vez, en los tiempos de Jorge Garbajosa y Berni Rodríguez, hace ya más de 15 años. Además, había pasado ya más de un lustro respecto a la última gran alegría, cuando se impusieron a Valencia Basket en la final de la Eurocup, con Joan Plaza como entrenador.

"Ibon tiene un plan" fue uno de los gritos más recurrentes. El papel del técnico vitoriano, cuya pizarra ha resultado determinante para superar a los principales favoritos, es reconocido y aclamado por el público malagueño. Tampoco faltó el "campeones oe" mientras Alberto Díaz y Darío Brizuela, que ya ganaron el Eurobasket con la selección española meses atrás, le enseñaban el trofeo a todos los allí congregados minutos después de 'remar' en la cinta por la cual aparecen habitualmente las maletas.