Las noches de los sábados son las de diversión, las de soltarse el pelo y darlo todo en la fiesta sin especular, sin pensar en las consecuencias, que para descansar ya está el domingo. En el Reale Arena, escenario del derbi vasco por excelencia, Real Sociedad y Athletic de Bilbao lo dieron todo. A veces, con más corazón que cabeza, pero siempre con una intensidad que se agradece y hace las delicias de los invitados.
Un ritmo endiablado que incluso les costaría seguir a Shakira y Bizarrap. Por eso, quizás, no había un dominador claro sobre la pista de baile, perdón, el césped. La Real tenía el balón, el Athletic mordía en la presión. Y entre los dos, ninguno se dejaba llevar por el otro.
Fue Brais Méndez el que primero quiso hacerse dueño del escenario. Su disparo lejano salió rozando el palo. Respondió Nico Williams, el más incisivo de los rojiblancos, rompiendo la cintura a Elustondo y sacando un centro para que su hermano, Iñaki, rematase de volea y forzara la intervención, rodilla en tierra, de Remiro.
Alexander Sorloth, en racha
Eran los primeros escorzos que avisaban de la sintonía que estaba a punto de sonar, la del gol. En un balón dividido, Zubeldia se jugó la cabeza pero obtuvo premio porque su pase llegó a Sorloth, que controló entre dos contrarios, dio un giro de 180 grados y estiró el pie para soltar un latigazo y dejar boquiabierto a Unai Simón. Séptimo gol en Liga del noruego, cuarto partido consecutivo marcando.
El Athletic se quedó tocado, como De Marcos, quien se había dormido y rompió el fuera de juego, sin encontrar el paso, mirando embobado cómo los de Imanol les bailaban sin problemas y le quitaban hasta su pareja de baile. Silva, un danzarín de calidad, se disfrazó de reggaetonero para hacer el trabajo sucio, llevarse la bola y cedérsela a Kubo. El japonés mostró sus dotes, su habilidad y destreza, rompiendo a Vivian con un sutil caño y soltando un zurdazo al costado de Unai.
Ese 2-0 parecía el fin para los de Valverde. ¿Pero os acordáis de Nico? Si alguien es capaz de encontrar el ritmo adecuado, darle a la pausa y acelerar es él. Vio con el rabillo que le doblaba Yuri y le permitió lucirse. El lateral ganó la línea de fondo y dio el pase atrás para que Sancet recortara con un zurdazo imposible para Remiro. Golazo.
El festival de Take Kubo
Y aún quedaba toda la segunda parte para seguir la diversión. Hubo alguna escaramuza del Athletic para seguir en la pelea por el galardón de rey del baile, si bien ese papel estaba reservado para un donostiarra que vino del Japón. Kubo, aprovechando un error de Nico Williams, ganó la posición a Yeray y este, con un ligero empujón en carrera pero sin opción de llegar al balón, tiró a Take dentro del área. Penalti y expulsión. Y un solo para Oyarzabal que no iba a fallar el 3-1 después de tantos meses de sufrimiento con su rodilla.
El cuarto lo salvó Unai Simón nada más sacar de centro. Los rojiblancos no sabían cómo habían perdido el espacio en la pista cuando Brais, a pase de Oyarzabal, disparó con su pierna mala pero con toda la intención del mundo. Con uno más y todo el ánimo del mundo -y media hora aún para el final- la Real se gustaba mientras el Athletic ya recogía sus pertenencias a sabiendas de que la fiesta para ellos, otra más como visitantes, ya había acabado de la peor manera posible.
No habría más goles, pero los de Imanol no los necesitaron porque ya eran felices con la victoria ante su eterno enemigo, consolidándose en la tercera plaza y colocándose a tres puntos del Real Madrid.
Jugador Flashscore del partido: Take Kubo (Real Sociedad)