Conquista, Guerra, Hambre y Muerte son los cuatro jinetes del Apocalipsis originales. Ahora dejan paso a Neymar Jr., al que por sus últimas polémicas podemos poner el sobrenombre de 'Contaminación'. Sobre todo después de su constante y repetido desprecio por la preservación del medioambiente.
Si hace poco más de un mes Neymar recibía una multa de más de tres millones de euros por saltarse las normas ambientales en la construcción de su mansión en Río de Janeiro, en esta ocasión ha vuelto a saltar a la palestra por su ostentoso medio de transporte para viajar a Arabia Saudí.
El flamante fichaje del Al-Hilal fue en vuelo privado al país asiático. Sin embargo, no ha sido esa exclusividad lo que ha trascendido, si no el modelo de avión en el que se ha desplazado, ya que el brasileño, lejos de conformarse con una aeronave de dimensiones reducidas, montó, él sólo junto a la tripulación, en un inmenso Boeing 747.
Para que nos hagamos una idea del impacto que ha tenido la extravagancia del ex del PSG en la salud del planeta, únicamente hay que fijarse en los 230.000 kg de CO2 que se han vertido a la atmósfera en el trayecto de seis horas entre el aeropuerto de Paris-Le Bourget y Riad. La cifra es 32 veces mayor de lo que cualquier persona emite de media a lo largo de todo un año (unos 7.000 kg).
Caprichos de jeque
La abstracción de la realidad de este tipo de personajes es total. Más aún en este momento en el que Arabia Saudí les está convirtiendo en seres intocables que viven por encima del bien y del mal. De ahí que cuanto más y peor para todos, mejor para ellos. No ven más allá de su ombligo y los problemas del mundo les resbalan.
De ahí que en un alarde de poder y desvergüenza, Neymar y el Al-Hilal decidiesen utilizar este jumbo para exhibirse. De haber viajado en jet privado ya habría emitido la salvajada de 12.000 kg de CO2, pero prefirieron multiplicarlo por 20 haciéndole un flaco favor al medioambiente. Por no decir que la hora de vuelo de este aparato sale por la friolera de 23.000 euros.
Mientras tanto, las personas decentes, las que trabajamos duro para salir adelante cada día, nos preocupamos en separar la basura, usar menos el coche o controlar nuestro consumo energético para intentar disfrutar y dejar un planeta mejor que el que nos encontramos cuando llegamos.
Detrás de todo esto se encuentra el famoso fondo que maneja la Saudi Pro League en los últimos tiempos. El PIF (Public Investment Fund) es accionista mayoritario del nuevo equipo del brasileño y de otros tres clubes. A su vez, son propietarios de un 16% de Kingdom Holding, la empresa de inversión del príncipe Al Waleed bin Talal Al Saud, dueño del ya famoso Boeing 747 y otros dos aviones.
El disparate fue absoluto. Neymar voló sólo en una aeronave de la serie -400 con capacidad para 344 pasajeros (10 butacas-cama de primera clase), 42 sillones de 'business' y 292 asientos de clase turista. Anteriormente la máquina perteneció a la compañía Air China.
