"Cuando llegué a Manchester fui a casa de Cristiano. Le estoy muy agradecido porque me adoptó. Nani y yo vivimos con él casi un año, sólo nos fuimos porque quisimos. Por él nos habríamos quedado allí. Pero no gastamos nada. Nani y yo a veces íbamos de compras... Pero Cristiano nos llevaba a entrenar, nos daba de comer, tenía un cocinero para nosotros. Tenía una piscina dentro y fuera de la casa, un jacuzzi, una pista de tenis", explica Anderson, en una entrevista concedida a Globo Esporte, en la que recuerda la rutina del capitán de la selección portuguesa.
"Los entrenamientos eran a las 9.30 horas, pero a veces teníamos que salir de casa a las 6.30 porque él iba temprano y nosotros con él. Nani y yo dormíamos en camillas, esperando, porque él empezaba a trabajar temprano", rememoró el ex centrocampista brasileño que, en el Manchester United entre 2007 y 2015, ganó 12 títulos, incluida una Liga de Campeones.
"Si yo tuviera un cinco por ciento de la mentalidad de Cristiano, estaría entre los 20 mejores centrocampistas de aquella época.Lo que se interpuso fue ese lado brasileño nuestro.... Pensar que ya lo habíamos ganado todo y que todo estaba solucionado. No queríamos un poco más", afirma Anderson.