Los compañeros de Kylian Mbappé se hicieron con el control del balón ante un rival que decidió dejárselo en bandeja. La estrategia de Angevine era sencilla: contener el balón el mayor tiempo posible con un bloque bajo y, por qué no, intentar sacar algo si surgía la oportunidad. Y, sorprendentemente, la primera ocasión fue para el SCO: Mendy envió a Niane en profundidad al área a la espalda de Ramos y logró disparar con la derecha, pero demasiado tímidamente para inquietar a Donnarumma (5').

En la primera ocasión en la que el balón llegó a la portería Bernardoni, el guardameta tuvo que emplearse a fondo. Messi, en el centro del campo, envió un pase admirable a Bernat, en la parte izquierda del área, quien ejecutó un precioso centro con la zurda a un toque para Mbappé. Éste, en dos pasos, engañó al portero para abrir el marcador (9º). Y justo antes de la media hora de juego, el delantero francés dobló la ventaja. Mbappé le quitó el balón de las manos al guardameta francés, enganchándolo y enviándolo al fondo de la red (26'). El PSG ya lideraba tranquilamente hasta el descanso con esos dos goles de ventaja.

En la segunda parte, el París controló los tiempos con calma y compostura, y ni el tanto de los angevinos cambió la mentalidad del líder de la Ligue 1. Soporíferos y lentos durante mucho tiempo, los parisinos se vieron atrapados en su propio juego por el SCO. Valery centró desde la derecha a Sima en el segundo palo, que cabeceó el balón directamente a Thioub. Éste, solo a seis metros de la portería, remató con fuerza y batió a Donnarumma (87').

No hubo para más. La victoria permitió a los hombres de Galtier tomar una ventaja provisional de 11 puntos sobre el segundo clasificado, el Olympique de Marsella. Para el Angers, el descenso a la Ligue 2 es más que nunca una realidad.