El Estadio Mohammed V de Casablanca fue escenario esta noche del partido de vuelta de la final de la Liga de Campeones africana. En casa, el Wydad esperaba revalidar el título conquistado el año pasado ante el mismo rival. Pero el Al Ahly, vencedor por 2-1 en la ida, llegaba al partido con una clara ventaja.

Eso no impidió que los dos equipos arrancaran con cautela. Ni siquiera los locales, obligados a marcar, pisaron el acelerador, pese a dominar el partido en líneas generales. No fue necesariamente un partido cerrado, pero le costó encontrar su ritmo. No fue hasta el minuto 25 cuando el Wydad abrió el marcador. Un lanzamiento de falta desviado de Yahia Attiyat Allah fue rematado por Mohammed Ounajem , que amagó con desviar pero no acertó.

En ese momento, dado que la regla del gol fuera de casa sigue vigente en esta competición, los marroquíes estaban virtualmente coronados campeones. Pero el juego de los egipcios carecía de urgencia. El Wydad tenía el control y al descanso parecía dispuesto a mantener su ventaja y completar el doblete, tras haber transformado el único disparo a puerta de la primera parte.

Sin embargo, ante los abucheos del público local, el Al Ahly intentó volver al partido tras el descanso. En cambio, los locales crearon otra ocasión a través de un lanzamiento de falta de Yahya Jabrane. Los egipcios se esforzaban por volver a meterse en el partido, y aunque hubo una ligera interrupción debido al uso indebido de bombas de humo, golpearon cuando menos se lo esperaban, cuando Mohamed Abdelmonem recortó en el primer palo a la salida de un córner (78').

El ambiente en el campo se enrareció, los ánimos se caldearon y el partido se alargó. Los egipcios estuvieron claramente cerca del segundo gol, sobre todo cuando Mohamed Sherif se topó dos veces con El Motie. Pero nada iba a suceder, pese al último esfuerzo de Marruecos. El Wydad empató 1-1 y dejó que el Al Ahly se adjudicara su tercer título de Liga de Campeones en cuatro años. Con este undécimo título, el conjunto egipcio sigue siendo más que nunca el equipo más importante del continente.