El duelo del Pizjuán era una cerveza sin alcohol o un café descafeinado. Le faltaban ingredientes importantes, a nivel de jugadores y de sustancia. La Conference y la segunda plaza no pasan de ser objetivos muy secundarios. Para los de Mendilibar era un ensayo general de cara a la gran cita de Budapest y para los de Ancelotti un trámite antes de cerrar en casa una liga decepcionante. Por cierto, el italiano mandó otro mensaje a Hazard. Sin Vinicius, Benzema y Asensio, tampoco tenía sitio en el once titular. De hecho, no disputó ni un minuto. Si quiere cumplir el año que le queda de contrato ya sabe lo que le espera.
Ambos equipos mantuvieron sus tónicas actuales: ascendente el Sevilla y decadente el Madrid. Antes del minuto 3 Rafa Mir, completamente solo, cazó un balón suelto en el área, procedente de un rechace de Militao, y ni Courtois pudo hacer nada por evitar el gol del murciano tras un gran zurdazo. Ya lo dijo Ancelotti, la temporada ha sido un desastre en solidez defensiva, no ha habido un problema arriba. Una vez más se volvió a demostrar.
Pudo empatar Rodrygo tras un gran pase de Lucas Vázquez pero el balón se le quedó atrás y el remate se le marchó fuera por poco. Al Madrid le faltaba tensión….y Vinicius, el gran agitador. Su papel lo ocupó su amigo del alma. Una falta cerca de la frontal del área, fue lanzada con mucha calidad por el 21, un futbolista al alza, y se coló a la izquierda de Bono, que tal vez pecó de confiado. Ocho goles lleva en LaLiga el brasileño, un atacante al que no se le atisba un techo cercano. Otra apuesta ganadora de Juni Calafat.
A pesar del gol el Madrid seguía siendo un equipo pusilánime y muy frágil en defensa. Una combinación entre “Papu” Gómez y Montiel acabó con un remate de Lamela al palo. Cualquier llegada suponía una ocasión de peligro. Otro agujero negro en el centro de la zaga lo volvió a desperdiciar Lamela antes del descanso. Le ganó la posición a Mendy pero su remate no fue eficaz. No es sencillo encontrar un sistema defensivo tan débil en un equipo de super élite.
La segunda parte no cambió mucho el panorama. El Sevilla dominaba y el Madrid, apático, sesteaba. Rafa Mir se quedó muy cerca del doblete tras una gran internada de Acuña. Un desdibujado Valverde dejó el campo por lesión y en su lugar entró Camavinga.
En un pobre Madrid sobresalía Rodrygo. Se erigió en líder indiscutible y lo volvió a demostrar en su segundo gol. En una contra iniciada por él mismo, y continuada por Modric y Kroos, acabó recibiendo el balón para internarse en el área, rompió la cintura a Montiel y batió a Bono. Otro golazo de dibujos animados para un jugador de ensueño. Por fútbol y dominio no lo merecía el Sevilla, pero este juego no premia los porcentajes de posesión ni las ocasiones falladas.
El Sevilla tenía opciones de conseguir algún punto pero Acuña, con una brutal entrada a Ceballos, las enterró. Al lateral argentino se le cruzó el cable y su expulsión fue más que merecida. Kroos pudo marcar el tercero pero Bono lo impidió. La roja a Acuña encendió los ánimos y un partido tranquilo amenazó convertirse en torbellino con varios conatos de enfrentamiento entre adversarios.
El Madrid despedirá la temporada en el Bernabéu frente al Athletic de Bilbao y el Sevilla ante la Real en San Sebastián pero antes llegará su gran cita: el miércoles, en el Puskas Arena de Budapest, buscará la Séptima, y no suele fallar cuando hay una Copa en juego, sobre todo si es europea.
Jugador Flashscore: Rodrygo