En el choque de febrero, Vinicius se había revindicado minutos antes con un golazo tras una extraordinaria carrera que culminaba en el 2-0. La desesperación de Gabriel en esa fea entrada ensució un buen partido del Madrid en el que se reivindicaron tanto Asensio como Ceballos. Vinicius se revolvió y se encaró con su compatriota después de la agresión.

Pero las polémicas de Vinicius con el Valencia no acaban ahí. En el partido de vuelta, el brasileño sufrió un episodio desagradable que dio la vuelta al mundo. El delantero paró el partido durante 10 minutos para recriminar a unos aficionados por sus constantes insultos racistas, lo que provocó que las fuerzas de seguridad los expulsaran del terreno de juego.

El "me está llamando mono, haciéndome así con los brazos" con el que se dirigió a De Burgos Bengoechea advirtió al colegiado sobre la gravedad de lo ocurrido. Rüdiger, Militao, Lucas Vázquez y Gayá intentaron calmarle.

Pero, por si esto fuera poco, los incidentes no acabaron ahí. En el minuto 97, Musah no quiso darle la pelota a Rüdiger, algo que no gustó a Vinicius. Mamardashvili fue a por él y dio inicio a una tangana que provocó que Hugo Duro le agarrara del cuello y el brasileño le respondiera con un manotazo. Vinicius fue expulsado haciendo gestos de "A Segunda, a segunda" a la grada de Mestalla mientras le cantaban "Tonto, tonto".

El asunto ha traído cola ya que Vinicius en el mes de octubre, declaró en sede judicial que los insultos recibidos en Mestalla fueron generalizados, a lo que el Valencia respondió con un comunicado contundente. "El racismo no tiene cabida en el fútbol ni en la sociedad, pero no puede combatirse con falacias, ni mentiras infundadas".

Vini espera centrarse exclusivamente en el fútbol, aprovechando el gran momento de forma que atraviesa, demostrado el miércoles frente al Braga en Champions donde anotó y asistió de manera magistral a Rodrygo.