Osasuna y Sevilla siempre prometen intensidad cuando se encuentran, ya sea en El Sadar o en el Ramón Sánchez-Pizjuán. Siempre es bienvenida si se concentra en el terreno de juego y está dentro de los límites que plantea el reglamento, pero nada tiene que ver con lo visto en la previa. Los ultras de ambos equipos protagonizaron su particular batalla en los aleadaños del estadio navarro y un par de integrantes de los Biris fueron detenidos por llevar material explosivo.

En el verde, cuando las situaciones de peligro brillaban por su ausencia, Ivan Rakitic se inventó un disparo desde el centro del campo que elevó el pulso de Sergio Herrera, ganador este sábado en la pugna que comparte con Aitor Fernández. Ni este último ni Ørjan Nyland, una de las grandes novedades en la alineación visitante, tuvieron demasiado trabajo en un partido que se pareció lo mismo que un huevo a una castaña si se compara con el Girona-Mallorca (5-3). 

Los anfitriones trenzaron buenas jugadas al inicio y se sinteron superiores. El vigente campeón de la Europa League se aficionó a aquello de tirar desde 35 metros o más, esta vez casi por obligación porque el portero de Miranda de Ebro tuvo que salir de urgencia. Óliver Torres, claro, se aventuró al ver la portería vacía. No le faltó fuerza a su golpeo y tampoco iba mal de colocación, pero la afición pudo recuperar el resuello porque el esférico se marchó algo desviado. 

Sin gol no hay paraíso

Lucas Ocampos, poco después, tuvo la más clara para los suyos: cazó un balón muerto en torno al ecuador del primer tiempo y el balón acarició el poste con la suavidad de un detergente. Pese a este acercamiento, los de Jagoba Arrasate no se amedrentaron en su intento por, casi cuatro tres meses después, darle una alegría a su afición. Ante Budimir encontró a Aimar Oroz en el área y Nemanja Gudelj puso su pecho de hierro, como si de un escudo se tratase, para mantener el 0-0.

Cada intervención del '10' pamplonica, uno de esos canteranos que valen su peso en oro, hizo temblar a una zaga que, al contrario de lo que podía imaginarse, no echó demasiado de menos al tocado Sergio Ramos, que sufre una sobrecarga muscular. Johan Mojica, que vivió de arreones por el costado izquierdo, asistió al Chimy Ávila en una acción que estaba llamada a traducirse en el 1-0. El argentino, sin oposición, empeñó un soberbio pase de la muerte.

Dodi Lukebakio trató de liderar, por momentos, el ataque de los suyos, si bien el argentino Ocampos fue quien más incomodó. El desaparecido Rafa Mir, apagado o fuera de cobertura, dejó su puesto a Youssef En-Nesyri tras tener una participación residual, y es que ni siquiera pudieron contactar con él cuando el encuentro se desordenó. En ese contexto, Lucas Torró y el citado Ávila, este último por el poste, se acercaron más que el resto a un gol que no llegó en ninguna de las áreas.

Jugador Flashscore del partido: Lucas Ocampos.

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