Sólo la lluvia que caía sobre Balaídos unía a Celta de Vigo, obcecado con lograr la salvación en el año de su centenario, y Villarreal, dispuesto a escalar en la clasificación para continuar en Europa. Ya antes de que el balón empezara a rodar, el objetivo de los anfitriones se presentaba mucho más asequible, aunque si este es el deporte rey es precisamente por las inverosímiles historias que han ocurrido desde el siglo XIX.
Una gran incorporación de Óscar Mingueza, un puñal por la banda, dio pie al prematuro remate de Iago Aspas en los compases iniciales. Falló sin oposición cuando el público, que tiene confianza ciega en su estrella, se disponía a celebrar el gol. Pero no llegó precisamente en esa portería, sino en la de Vicente Guaita, tras un potente disparo cruzado de Alberto Moreno, quien apareció por el costado izquierdo en una acción que había empezado por el derecho.
Pero qué hiciste, Comesaña
Se las prometían felices los groguets, pero sin cumplirse siquiera el cuarto de hora, Santi Comesaña lo echó todo a perder con una patada incomprensible a la rodilla de Williot Swedberg. El árbitro del duelo, Soto Grado, mostró la tarjeta amarilla, algo similar a lo de García Verdura en El Sadar, y modificó su decisión cuando recibió la llamada desde la sala VOR y se desplazó al monitor. La expulsión lo cambió todo.
Sin apenas haber tenido tiempo para digerir la roja, Álex Baena cometió un penalti muy infantil sobre el mago de Moaña, que no desperdició la oportunidad y devolvió las tablas. Los arreones del Celta fueron constantes, especialmente a través de la figura de Strand Larsen, que perdonó en dos ocasiones y batió a Filip Jörgensen a la tercera -el canterano Damián Rodríguez puso un magistral centro y el ariete remató a placer en el área pequeña-.
Deberes (casi) hechos
Con escasos segundos de juego tras volver de los vestuarios, Larsen se topó con el larguero. Los amarillos sabían que iban a sufrir para mantenerse con opciones, aunque seguramente no esperaban gozar de tantos espacios en campo rival. Y lo cierto es que dieron sensación de peligro incluso en inferioridad numérica, una presagio que se materializó por medio de Gonçalo Guedes, cuyo zambombazo supuso el 2-2.
Antes de que el portugués igualara, una acción que provocó las quejas de los celestes por entender que había una inexistente falta previa, Hugo Álvarez y Luca de la Torre tuvieron sendas oportunidades. El guardameta sueco frenó al joven atacante y el poste frustró al estadounidense, suplente este domingo. Entretanto, Alexander Sorloth y compañía trataban de hacer sangre en jugadas rápidas y verticales.
Douvikas entró al césped en el 80' y tardó un par de minutos en enfundarse la capa de héroe... gracias a una asistencia inmaculada de un tal Aspas, líder moral y tangible de los gallegos. El internacional español levantó la cabeza, vio a su compañero en una posición franca y el griego se lanzó al verde como si se le fuera la vida en ello y firmó el definitivo 3-2, el que prácticamente certifica la permanencia.... con susto posterior por culpa de Sorloth.
Jugador Flashscore del partido: Iago Aspas.