El Milan lo intentó hasta el final, pero perdió ante el Borussia Dortmund, que arrasó en San Siro con una victoria por 1-3, asegurándose así la clasificación para octavos de final dentro del Grupo F. Los rossoneri aún no están matemáticamente eliminados, pero siguen últimos de grupo.
El partido estuvo a la altura de las expectativas, con muchos giros y sorpresas.
El primero llegó ya en el minuto 7, cuando, tras una falta por mano de Schlotterbeck sobre el remate de Chukwueze, Olivier Giroud se colocó en el punto de penalti. El delantero francés, sin embargo, golpeó el balón con poca potencia, faltando así a su cita con el gol tras una acertada intervención del guardameta Kobel.
Fue un error que el equipo de Pioli pagó caro, ya que tres minutos después le tocó a Marco Reus intentar desatascar la contienda desde los once metros, esta vez tras una falta de Calabria sobre Bynoe-Gittens.
El alemán, a diferencia del rossonero, no falló, batió a Maignan y adelantó a los suyos.
Los anfitriones, sin embargo, no bajaron el ritmo y siguieron creyendo en la posibilidad de la remontada. La intensidad del equipo crecía minuto a minuto, con acciones peligrosas de Adli, Giroud y Pulisic, pero sobre todo de Samuel Chukwueze, que buscaba redimirse de las críticas.
Su ansia de gol se vio recompensada en el minuto 38, cuando el nigeriano hizo estallar San Siro al firmar el 1-1 con un gran zurdazo, firmando su primer tanto con la camiseta del Milan.
Sueño roto rossonero
Sin embargo, los sueños del Milan de seguir aspirando a los octavos de final se apagaron en la segunda parte. Aunque los rossoneri retomaron el partido con coraje e intensidad, tuvieron que vérselas con un Dortmund que tuvo más suerte en la definición.
De hecho, si en la primera parte de la segunda parte el remate de bicicleta de Pulisic y el cabezazo de Giroud se marcharon desviados, los amarillos sí marcaron en cuanto tuvieron posibilidad.
En el minuto 59 fue Gittens quien marcó el 2-1, aprovechando una acción que se prolongó hasta el área para rematar con fuerza a puerta, encontrándose con los guantes de Maignan, quien, sin embargo, fue incapaz de detener el balón.
El doblete de los alemanes no apagó inicialmente el entusiasmo del Milan, pero a medida que avanzaba el cronómetro se mostraba cada vez más errático en defensa.
Diez minutos más tarde, fue de nuevo por la banda izquierda por donde Adeyemi lanzó el balón a la portería, encontrándose de nuevo con el desvío de Maignan, que, al igual que en el caso del 2-1, no fue suficiente para evitar el gol del 3-1, validado por la tecnología de la línea de gol.
Tras la ventaja de dos goles, el Dortmund trató de apagar el partido. El Milan siguió intentando reabrir el partido, pero esta vez de forma más fragmentada, con menos confianza que en los minutos anteriores.
En el minuto 85, Luka Jovic, que entró en la segunda parte, estuvo a punto de marcar el gol que podría haber cambiado el destino del partido, pero se estrelló en el poste.
Para empeorar las cosas para el equipo de Pioli, en la segunda parte se lesionó Thiaw, que fue sustituido por Krunic, sumándose a la larga lista de lesiones de los rossoneri.