El conjunto blanco tiene la oportunidad de recortar distancias respecto al Fenerbahçe, con dos triunfos más (nueve) y unas sensaciones que también acompañan. Si la victoria se queda en casa, la distancia pasará a ser difícilmente salvable entre un equipo y otro. Barcelona y Mónaco se mantienen al acecho, ambos con un registro muy favorable (8-3).

No será sencillo para el Real Madrid asaltar una plaza tan hostil, sobre todo porque también llega con algunas bajas importantes. Carlos Alocén, Anthony Randolph, Rudy Fernández, Guerschon Yabusele y Ádám Hanga están descartados para la cita de este viernes (18:45 horas CET). Por parte de los locales, algunas ausencias a tener en cuenta: el serbio Nemanja Bjelica, el estadounidense Scottie Wilbekin y el canadiense Dyshawn Pierre.

"Hemos entrenado bien en una semana un poco más larga de lo habitual y hemos hecho un buen trabajo para seguir creciendo. Estamos preparados para jugar en un campo muy difícil, ante un equipo que está haciendo muchas cosas bien y está muy arriba en todos los apartados estadísticos. Vamos a intentar doblegarles, aunque sabemos que es muy difícil", explicó Mateo en rueda de prensa.

El entrenador le quitó algo de importancia a la cita porque, en definitiva, es un encuentro más. "Estamos en la línea de trabajo que tenemos que seguir, aunque no estamos siendo todo lo regulares que me gustaría. La Euroliga es muy larga. Será un buen test, pero solo es un partido más de la Liga regular. Si lo ganamos o lo perdemos no es una final, pero sí da señales", comentó el técnico.

Deck tiene la fórmula del éxito

"Afrontamos un partido duro, como todos lo que se juegan fuera de casa en la Euroliga, en un campo complicado, pero con muchas ganas y la intención de hacer las cosas bien. Necesitamos defender con mucha energía, estar concentrados los 40 minutos y, en ataque, buscar siempre la mejor opción, como venimos haciendo en los últimos partidos", dijo el argentino.