El Atlético de Madrid necesitaba ganar al Brujas para estar en la segunda posición del grupo, pero el empate (0-0) les hace seguir siguen dependiendo de sí mismos. Necesitan ganar los dos encuentros si no quieren estar condenados a mirar otros resultados, aunque las sensaciones tras este último partido invitan a pensar que pueden lograr el objetivo. Ya quisieran Sevilla y Barcelona, ambos al borde de la eliminación, estar en la situación de los del Metropolitano, que a su vez envidiarán a sus vecinos del Real Madrid.
Simeone optó por Griezmann y Correa en el frente del ataque, dos jugadores dinámicos que estuvieron a gran nivel. Dejó a Morata en el banquillo, aunque el internacional español entró al terreno de juego en la segunda mitad. Para agitar el choque, Cunha fue otro de los revulsivos, como viene a ser habitual. Minutos para los cuatro atacantes, pero no para Joao Félix, con un papel más secundario en el equipo desde hace algunas semanas y, a la vista de lo ocurrido este miércoles, quinto en discordia.
El portugués, enfadado por su situación y la falta de oportunidades, volvió a mostrar ante las cámaras su rechazo cuando supo que no iba a jugar. No sorprende demasiado esta imagen porque no es la primera vez que ocurre, pero está claro que no es el camino para convencer al Cholo de que debe gozar de más minutos. Aunque los entrenadores suelen ser comprensivos en este aspecto, la reiteración del luso y la fría relación que tienen ambos juegan en contra del propio jugador.
El argentino justificó así su decisión de no dar entrada a Joao: "Veía que ellos tenían fuerzas todavía para salir en algunos contragolpes. La fortaleza en el centro del campo nos podía generar más seguridad. Axel entró para sostenernos y creo que salió bien. Queríamos seguir teniendo situaciones de gol, pero sin perder el partido. En esa ida y vuelta de elección, tomé esa decisión". Además, respecto a las imágenes que aparecen en esta noticia, evitó pronunciarse: "No he visto nada y no tengo nada que opinar".
Un empate que sabe a poco
"Hicimos un partido muy bueno, de los mejores de esta temporada: por ritmo, intensidad, el rival... Creo que hay un montón de cosas buenas que se vieron. Posiblemente, la de Morata es la que se nos queda a todos. Ni él mismo (Mignolet) lo esperaba porque le dio en el rostro. Los porteros están para parar. Estuvimos muchísimo mejor que en el partido de ida", explicó el entrenador en rueda de prensa.
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