Sara Sorribes y Cristina Bucsa se colaron en la final de dobles femenino del Mutua Madrid Open dispuestas a hacer historia: ninguna pareja íntegramente española había conquistado el título (Carla Suárez y Garbiñe Muguruza estuvieron muy cerca tanto en 2014 como en 2015). El apoyo del público siempre es un extra y jugar en la pista principal, el Estadio Manolo Santana, era otro aliciente más de cara a este atractivo duelo.
Laura Siegemund y Barbora Krejcikova, otra dupla de reciente creación, aspiraban a frenar el clima de euforia que ha habido durante estos últimas días en torno a las anfitrionas, especialmente en las semis contra Anastasia Pavlyuchenkova y su tocaya Potapova (6-4 y 7-6/7-1). Pero un huracán arrasó con la germana y la checa durante el set inaugural, en el cual cayeron derrotadas por un contundente 0-6 en sólo media hora.
La segunda manga tuvo un guion algo diferente, ya que Sorribes y Bucsa perdieron el servicio en el tercer juego. La reacción, sin embargo, fue inmediata, de modo que apenas estuvieron unos minutos con el marcador en contra. Volvieron a dominar de nuevo al hacer bueno su saque -salvaron una bola de break- y dieron un auténtico golpe de efecto al establecer el 2-4, aunque el triunfo no fue definitivo hasta que llegó el 2-6.
Si ya de por sí se trata de una hazaña sin precedentes en el tenis nacional, conviene destacar que ambas unieron sus caminos justo antes del torneo, es decir, en el pasado mes de abril. Cristina venía de reinar en Bogotá junto a Rakhimova, por lo que ya acumula ocho victorias seguidas acompañada. Es, además, su primer trofeo de categoría WTA 1000 (el segundo en el caso de Sara, quien se proclamó campeona en Pekín junto a Bouzkova).