El conjunto blanco defiende título de Champions League y ya ha dado el primer paso para conseguirlo. No era un grupo especialmente complicado (Shakhtar Donetsk, RB Leipzig y Celtic), pero la papeleta se ha solventado con dos jornadas por delante, lo que permite a Carlo Ancelotti poder rotar y gestionar los esfuerzos de una plantilla que tendrá una buena representación en el Mundial de Catar.
El técnico italiano, después de lograr el empate agónico en Varsovia, compareció en rueda de prensa y enunció una frase que, a priori, parece demasiado lógica; una conclusión a la que cualquier persona puede llegar si tiene un mínimo conocimiento de cómo funciona el torneo. Sin embargo, dadas las circunstancias en las que se encuentran el resto de conjuntos de LaLiga Santander y después de lo ocurrido en la noche de este miércoles, su valor se ha incrementado.
"Solo el que pasa a octavos puede ganar la Champions", dijo Ancelotti ante los medios de comunicación. No era una interpelación al Barcelona ni a ningún otro club en concreto, pero sí quiso hacer ver que ese objetivo mínimo que se le exige a los grandes favoritos no siempre es tan sencillo. Además, los merengues tienen el récord histórico de clasificaciones a dicha ronda: ya van 31 tras la de esta pasada semana. Y el primer puesto del grupo, a una victoria.
Problemas para el resto
El Sevilla, ahora con Jorge Sampaoli al frente, no pudo pasar del empate contra el Borussia Dortmund en un partido que necesitaba ganar. Con seis puntos por disputarse, los andaluces se encuentran a cinco del conjunto alemán y tienen el golaveraje perdido. Tampoco tienen asegurado, de momento, el billete a la Europa League porque están igualados con el Copenhague (dos unidades).
Los de Simeone, en cambio, están mucho mejor posicionados, aunque sin ninguna garantía. Ya no tienen posibilidades de liderar el grupo y el objetivo no es otro que terminar en segunda posición. Se encuentran a dos puntos del Oporto y tienen uno más que el Bayer Leverkusen. La buena noticia es que dependen de sí mismos; la mala, que dirian adiós a las dos competiciones si pierden ambos compromisos.
Era una final para el Barcelona de Xavi, pero se topó con un buen Inter de Milán que, incluso, pudo ganar. Las paradas salvadoras de Ter Stegen no impidieron el empate y tampoco Lewandowski fue suficiente para sumar un triunfo que era imprescindible. Los azulgranas necesitan ganar sus dos encuentros y esperar que los italianos no superen a Bayern Múnich o Viktoria Plzen.