A veces es tanta la diferencia entre dos contendientes que puede parecer hasta aburrido ver un partido de baloncesto. Pero no fue así el Barça-Breogán. Había lecturas positivas que sacar, especialmente en el lado del vencedor. Por ejemplo, la forma de cargar el rebote ofensivo y la calidad en los tiros lejanos.
Podríamos empezar por Laprovittola, que anotó cuatro triples. El argentino sigue en plan MVP y comandó el 10-0 de parcial con el que comenzó el encuentro. Un abuso en toda regla de lo que vendría después. Y aunque reaccionaron los gallegos, enseguida Lapro tomó de nuevo la batuta para liderar el 20-12 con el que se cerró el primer cuarto.
Luego, hablando de superioridad, podríamos seguir por la defensa. Es tan amplia la rotación de Jasikevicius que entre quien entre, si se ponen a defender, es muy difícil perforar el aro. Y si después acompaña la dirección de Satoransky, con cinco asistencias, y Abrines recuerda con destellos lo que pudo llegar a ser, pues la resultante es que en el electrónico va creciendo la diferencia hasta llegar al descanso 35-24.
No era un marcador abultado ni guarismos espectaculares, pero tampoco importaba mucho a los catalanes. Porque el desacierto del rival, en gran parte por la intensidad azulgrana, fue acompañado de una buena selección de tiros y de segundas oportunidades tras rebote que el partido ya estaba sentenciado al finalizar el tercer cuarto.
Dio tiempo hasta para la reaparición de Sergi Martínez en acb cuatro meses después de su lesión. Nada más iniciarse el último cuarto, la distancia era ya de +24 para los catalanes (61-37). Y aunque Nakic metió ocho de sus diez puntos en esos últimos minutos para los gallegos, apenas sirvió para maquillar algo un marcador que finalizó 82-54 con el Barça ya pensando en el Unicaja y en la Copa del Rey.
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