Hay combates de boxeo en el que los contendientes se tiran los primeros asaltos estudiándose, danzando alrededor de su presa sin atreverse a ir a por ella. En San Mamés eso está prohibido. El público del Athletic, fiel hasta el último suspiro, también exige que los suyos se vacien desde el inicio. Da igual la competición que sea.
Así que como en Liga, en la Copa los de Valverde salieron a morder al Espanyol, a embotellarles, a no dejarles respirar, a ahogarles, en definitiva, con un ritmo infernal. En diez minutos ya habían lanzado unas cinco veces a portería, no siempre con la mirilla ajustada. Zárraga, Guruzeta, Sancet y Berenguer lo intentaron sin demasiada fortuna. La idea era disparar desde cualquier lugar, finalizar la jugada y probar los guantes del poco habitual Joan García.
Sobrevivía como podía el cuadro periquito -habían salido con tres centrales- que, en la primera que tuvo aprovechando un pequeño respiro bilbaino, introdujo el balón en la portería. Joselu, el autor del tanto, estaba muy en fuera de juego. El VAR hizo su trabajo esta vez. Estarán que trinan en Cádiz viendo que sólo se equivocan contra ellos.
Sancet, la llave del gol
Pero volviendo al templo vasco, una vez recuperados del sustito, regresaron a la carga. Y ahí ya el fuego dejó de ser artificial. Sancet forzó dos buenas intervenciones de Joan García. A la tercera lo que hizo fue asistir de tacón a De Marcos, que entraba con una potencia descomunal y que no iba a dejar mal a su compañero anotando el primero. Merecidísimo.
Si el Espanyol quería seguir vivo en la Copa, Diego Martínez tenía que dejar atrás su defensiva táctica. Quitó a un central y adelantó líneas para presionar en bloque alto. A los cinco minutos casi obtiene premio con un remate del mexicano Montes que sacó Vesga en el segundo palo cuando ya se cantaba el empate.
Tardó un cuarto de hora el Athletic en sacudirse el polvo y recuperar la iniciativa, si bien lo hacía con más calma que con el 0-0. Aun así, rozó el segundo en una semivolea franca de Sancet que envió a las manos de Joan García.
Sin Darder, sin creación
Movieron los periquitos el banquillo porque no encontraba los caminos correctos hacia la meta Agirrezabala. Darder, con un golpe en la rodilla, ya no estaba en el campo, y eso dificultaba la creación catalana. Aunque tampoco los locales tenían la precisión anterior en sus combinaciones. Vaya día, por cierto, de Nico Williams, que no dio una.
Entraron en los últimos minutos Ander Herrera y Raúl García para parar el choque. Valía el 1-0 y a eso se agarraron los leones para superar los octavos y colarse en la siguiente ronda copera.
Jugador Flashscore del partido: Sancet (Athletic de Bilbao).