De Balón de Oro a desconvocado: los últimos cuatro meses de Karim Benzema

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De Balón de Oro a desconvocado: los últimos cuatro meses de Karim Benzema
Benzema descansa con Mbappé en el banquillo
Benzema descansa con Mbappé en el banquilloAFP
El francés regresó a Madrid después de conocer su condición física. Didier Deschamps opta por no convocar a un delantero adicional ante la ausencia del ariete de los blues. Benzema Llega un mes de descanso necesario que le permitirá a la directiva del club blanco edificar un plan

La muerte no es más que un cambio de misión, decía Leon Tolstoi. Para Karim Benzema (34), el Mundial de Catar es un punto muerto. El ariete dejó la concentración de Francia. Las normas de la FIFA le impiden permanecer como acompañante. Didier Deschamps confiaba en la recuperación de su estrella. La lesión en el muslo, sin embargo, terminó eclipsando el sueño del jugador. 

El objetivo de ganar la Copa del Mundo no será alcanzado. Benzema tendrá que enfrentarse a un nuevo proceso. De la mano de los médicos del Real Madrid, el Balón de Oro espera alcanzar su máximo rendimiento antes del regreso de LaLiga. 

Benzema está llamado a ser el líder del vestuario merengue. Sin Sergio Ramos (35) ni Marcelo (34), el francés es uno de los pocos referentes que quedan de las tres Champions consecutivas. En Francia, en cambio, él era uno más. El ser considerado como el mejor de la temporada no le valío lo suficiente. Mbappé es, sin duda alguna, el epicentro de la atención de los bleus. 

Alegrías y tristezas

Los últimos cuatro meses de Karim Benzema transcurrieron entre alegrías y tristezas. En mayo, el Real Madrid conquistó la Champions League. El ariete se transformó en el máximo goleador de la Copa de Europa. Marcó dos tripletes: el primero ante el PSG y el segundo contra el Chelsea. Definió un penal a lo Panenka en el Etihad. En fin, campaña excelsa. 

En agosto, el cuadro merengue inició la nueva temporada con el título de la Supercopa de Europa. En LaLiga, el club se posicionó en las primeras plazas. Superó al Atlético de Madrid. Liquidó al Barcelona. Mientras que el Real exhibía sus dotes de campeón Europeo, Benzema se enfrentaba a los síntomas que inquietan a la directiva blanca: el desgaste. El paso de los años. El miedo a las lesiones. 

Los problemas físicos, precisamente, empezaron a pasarle factura. El ajuste del calendario se convirtió en un dolor de cabeza para todos los clubes de primera. El Real Madrid, a pesar de poseer una nómina de lujo, fue uno de esos equipos que sintieron con fuerza la modificación del cronograma. 

En el primer partido de la Champions contra el Celtic arrancó el calvario de Karim. En Glasgow, el francés comandó un contragolpe. Cuando dio inicio a la carrera, un dolor en la rodilla finalizó su partido. No habían pasado ni 30 minutos de juego. Resultado. Un mes de baja. Sin derbi madrileño, pero con tenues esperanzas de llegar a el clásico. 

El derbi no fue un inconveniente. El Madrid superó al Atlético en el Metropolitano. Rodrygo sustituyó a Benzema. Anotó un golazo a pase de Tchouaméni. La solución estaba clara: el brasileño era la pieza de encaje perfecta. Hazard no dio pie con bola, de nuevo. 

Benzema consiguió recuperarse a tiempo para el clásico. Lo disputó. Fue protagonista. Anotó el primero del Real Madrid después de una gran construcción de juego de Vinicius. Es octubre. Se acerca el cierre de la primera parte de la temporada. El Mundial paraliza el fútbol. Ancelotti, consciente de ello, pretende cerrar la mayor cantidad de puntos posible. 

En noviembre, dos semanas más tarde, la situación del Real Madrid es contraria a las pretenciones del cuerpo técnico: el Barcelona escaló hacia el primer lugar. Benzema se aleja de los entrenamientos. Algunos suscitan que el francés se está cuidando para la Copa del Mundo. No obstante, la realidad es otra. 

Balón de Oro sin minutos

Cuando el inconvientente del francés parecía solventado, las lesiones, de nuevo, le atacaron desde otro frente. La sobrecarga pasa una segunda factura. El muslo izquierdo machaca la actividad física de Benzema. Ausente contra el Sevilla -en donde presenta su Balón de Oro al Bernabéu-. No convocado frente al Girona. Fuera de la lista para enfrentar al Leipzig. Un noviembre negro, en resumen. 

La esperanza de ver a Benzema de nuevo en un Mundial era latente. Deschamps le convocó a pesar de los problemas físicos. Estaba llamado a comandar el frente de ataque de los galos junto con Mbappé. Un ataque de lujo para el vigente campeón. A menos de 48 horas del silbato inicial, Francia lanzó a la luz un secreto a voces: Benzema no está para jugar. 

Las lesiones le han tenido en jaque durante toda la temporada. Terminó desgastado la campaña anterior. No ha presentado tiempo de recuperación. El Madrid intentó gestionar los duelos físicos sin éxito y su estrella, cabizbaja, ya está en la capital española, en vísperas de un nuevo proceso recuperatorio. 

Muchas cosas han pasado en la vida de Benzema. Desde el traje en honor al rapero Tupac hasta su gol en el clásico. Del triunfo frente al Barcelona hasta la sorpresiva caída contra el Rayo. De ser el mejor de la temporada a quedarse fuera del Mundial. Catar llora la ausencia del francés. Un Mundial de oro no tendrá el gusto de disfrutar a su Balón. Un cambio de misión que supone un giro de 180 grados. Un morir para resucitar, tanto a nivel personal como a su club.