La Copa del Mundo es el trofeo más importante que un jugador puede levantar en su carrera. Por ello, aunque sean los clubes los que paguen sus salarios, es innegable que todos quieren jugar el torneo. Eso, unido a una fatal elección de sede y calendario, ha conducido a una situación por la que los planteles con más internacionales vienen acusando una bajada de rendimiento en semanas recientes.
No podemos culpar a los futbolistas por reducir el ritmo. Les han puesto en una situación muy difícil. No van a arriesgarse a sufrir una lesión de última hora y dejar pasar una oportunidad tan grande. Por tanto, tal vez habría que mirar hacia un sistema orientado a generar dinero sin pensar en los profesionales que mueven el negocio del fútbol.
Así lo denunció Jules Koundé (23) tras la victoria del FC Barcelona en Mestalla: “¿Los problemas físicos? Es cierto que hay muchos partidos, es la primera vez que jugamos tan pronto cada tres días en una temporada. Vamos en un camino un poco loco. Los que deciden desde arriba no piensan en los jugadores”, dijo.
Precisamente en ese partido, tres hombres llamados a ser convocados por sus selecciones para Catar se retiraron del terreno de juego al sentir molestias. Uno de ellos fue el galo, que dio paso a Gerard Piqué (35) en el minuto 74. Los otros dos fueron Eric García (21), que quiere debutar en el máximo torneo internacional, y Edinson Cavani (35), para el que seguramente será el último.
Hemos llegado a ese punto en el que el Mundial se ve demasiado cerca como para ponerlo en juego por una Liga a la que aún le restan más de 20 jornadas. No es una cuestión de restarle importancia a una competición sobre otra, se trata de priorizar. Para muchos puede ser su única Copa del Mundo y eso prevalece sobre todas las cosas.
Otros casos recientes
Tenemos el ejemplo del actual Balón de Oro, Karim Benzema (34). Es un señor al que nadie le discute su profesionalidad. Lo ha dado todo por el Real Madrid, pero tampoco es tonto. Tras muchos años apartado de Francia y con su edad, es consciente de que puede ser su última bala para alcanzar la gloria mundialista. Por ello, lleva cerca de un mes en el que cada vez que nota la más mínima molestia pide descansar.
Álvaro Morata (30), referente en ataque para Luis Enrique (52), sufrió un golpe en el pie en el Cádiz - Atlético de Madrid y tomó la decisión de salir del campo a los nueve minutos de juego. Es una situación que vamos a ver repetirse más y más en las pocas jornadas que restan antes del parón. Y no se engañen, no es falta de responsabilidad por parte de los que juegan, sino una total ausencia de compromiso de los que mandan con quienes les dan de comer. Mientras tanto, los que lo sufren son los que gastan el dinero, los clubes.