El Real Madrid puede conquistar la Euroliga por undécima vez. Ofrecieron un gran rendimiento durante la fase regular de la competición, con unos números parecidos a los del Olympiacos. No hubo problema para conseguir el billete a cuartos, factor cancha incluido sin impedimento alguno, pero las borrascas llegaron en la siguiente eliminatoria, un 0-2 en contra y una remontada tan inesperada como histórica con dos triunfos consecutivos en Belgrado y 18 puntos de desventaja en el quinto duelo.
La espectacular trayectoria hasta llegar al duelo decisivo le da un toque de épica, incrementado gracias a la victoria frente al eterno rival, el Barcelona, en las semifinales. Camino soñado para el aficionado merengue, que ha pasado por todos los estados de ánimo posibles durante las últimas semanas. Crecidos moralmente, caer en la orilla es un escenario que no se plantea pese a que está sobre la mesa porque, como siempre, habrá tanto un feliz ganador como un triste perdedor.
Tampoco lo han tenido mucho más sencillo los griegos: vencieron al Fenerbahçe antes de la Final Four tras tener que acudir también a la última oportunidad y tuvieron 12 puntos de desventaja el viernes frente al Mónaco. Los del principado llegaron al descanso en una situación privilegiada (29-41), pero se vieron ahogados por un torbellino espectacular en el tercer tramo. ¿Cómo? Gracias a Vezenkov, Papanikolaou y a un vergonzoso e impropio de la élite 27-2 que provocó un drástico giro de guion.
El cuadro dirigido por Georgios Bartzokas se ha llevado los dos enfrentamientos directos ante el Madrid (87-89 en el WiZink Center y 73-60 en El Pireo). Chus Mateo y los suyos, en cambio, tienen un contexto idílico para imponerse por primera vez en la presente temporada, una victoria que se traduciría en el título más importante, ese con el que sueñan el resto de clubes del continente. El precedente más reciente favorable a los de Chus Mateo, entonces segundo entrenador, data de principios de 2022.
Una final ya vista más de una vez
Estar a 40 minutos de conquistar la Euroliga no es nada nuevo para uno y otro. Los españoles ganaron el torneo en Belgrado allá por 2018 y el Olympiacos no lo consigue desde hace justo una década, precisamente contra el rival de este domingo. La situación fue a la inversa más adelante, en 2015, un encuentro que se disputó en el WiZink y, por tanto, se celebró de forma especial. Ocurrió lo mismo hace mucho más tiempo, en 1995, con Zaragoza como sede.
Podrás seguir el encuentro en directo a través de Flashscore.