La derrota del Villarreal en Elche le había dado al Atlético de Madrid la posibilidad de poner tierra de por medio con los de Quique Setién en su lucha por la cuarta plaza (con permiso del Betis) y seguir con su buena dinámica de dos victorias ligueras consecutivas, una vez olvidada ya la decepción de la eliminación copera en el Bernabéu.

Enfrente estaba el equipo menos en forma del campeonato como era el Getafe, con cuatro derrotas seguidas que le habían hundido en el penúltimo puesto de la tabla y con un Quique Sánchez Flores en el alambre. Además, el entrenador en la previa había puesto en duda el compromiso de varios de sus jugadores, por lo que en medio de ese ambiente de tensión interna no parecía que la visita al Cívitas Metropolitano fuera la más indicada para darle la vuelta a la situación azulona, aunque el fútbol nunca es algo matemático como se acabó comprobando con el empate final.

El Atlético salió a por todas

Puede que para demostrarle a su entrenador que estaba equivocado con sus palabras, Djené no tardó ni un minuto en llevarse por delante a Reinildo y ver la amarilla del encuentro. Pudo ser mucho peor para el central de Togo poco después cuando agarró a Morata dentro del área, aunque un impertérrito Mateu Lahoz no movió ni un músculo de su rostro por mucho que el Cholo Simeone tratase de espolear a su afición para que presionara al árbitro. No debe de conocer muy bien al valenciano aunque se lleven viendo las caras más de una década.

El inicio de la primera parte tuvo el guion esperado, con el Atlético atacando constantemente a la defensa de cinco hombres azulona con un Griezmann de nuevo muy participativo y con mucha movilidad en la ofensiva rojiblanca. De sus botas llegó la primera ocasión colchonera, aunque tanto a él como a sus compañeros les faltaba la precisión final al llegar al área y se fue difuminando su dominio.

No fue hasta la media hora de partido cuando el Getafe se atrevió (o le dejaron) a pasar de medio campo. Superado el arreón rojiblanco, los visitantes comenzaron a crecer gracias, en parte, al regreso de una pieza fundamental en su centro del campo como es Arambarri, que no jugaba desde el pasado 1 de octubre por una lesión de tobillo, y dieron algún susto, como cuando Enes Ünal salió a la carrera en un contragolpe a pase de Mayoral, pero su disparo no pudo encontrar la portería de Oblak. Le cogió el gusto el turco a meter miedo a la que pudo ser su hinchada en el pasado mercado invernal, porque poco antes del descanso tuvo el 0-1 en sus botas en un tiro cruzado desde fuera del área.

El gol surrealista de Correa

Como el partido estaba donde querían los getafenses al final del primer tiempo, el Cholo les pidió a los suyos que imprimieran un ritmo superior tras la reanudación, y así fue. El Atlético subió una marcha y fruto de esta mejora llegó uno de los goles más curiosos de LaLiga.

En el minuto 60, Lemar chutó desde lejos, lo que obligó a Soria a despejar un balón que le llegó a un Ángel Correa que no perdonó. En un principio, el árbitro asistente levantó el banderín por fuera de juego y ahí pareció quedar la jugada.

Inmediatamente después y sin que se reanudara el juego, Simeone sustituyó a los dos protagonistas de la jugada, Lemar y el propio Correa, por Llorente y Carrasco. Cuando el atacante argentino ya estaba con la cazadora puesta en el banquillo, el VAR terminó de revisar la acción y determinó que el de Rosario estaba en línea con los defensas rivales, por lo que posiblemente por primera vez en la historia del fútbol, un jugador celebró un gol cuando ya había sido cambiado. La “nueva normalidad”, como dirían algunos.

Ünal rescató un punto para el Getafe

El caso es que con el gol a favor, el equipo colchonero se relajó y los azulones, como es lógico, dieron un paso al frente, aunque sin crear apenas peligro hasta que, en el minuto 83, les cayó un regalo del cielo en forma de penalti. Saúl, que acababa de entrar, saltó con los brazos extendidos dentro del área para tapar un remate de Mayoral, lo que en estos tiempos que corren es una sentencia de muerte y Mateu no dudó en señalarlo.

Ünal, desde los once metros, no falló y llenó de prisas a los chicos de Simeone, que se vieron en la obligación de ir con todo en busca de la victoria. Pero ni Carrasco tras un gran eslalon, ni un Depay que entró para tratar de ser el héroe, ni nadie más pudo hacer nada para modificar el 1-1 final del marcador, lo que dejó a los atléticos cuartos con 35 puntos y a los getafenses penúltimos con 18, aunque cerrada ya la hemorragia de derrotas que sufrían.

Jugador Flashscore del partido: Ünal.

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