"Me gusta sentir el calor de la gente y su entusiasmo, pero soy el mismo muchacho que era hace quince días", dijo Jannik Sinner en una rueda de prensa celebrada en la sede de la Federación Italiana de Tenis.
"Me tomo esta popularidad con calma. Estoy contento de compartir todas estas emociones, pero sólo ha sido un torneo, y también es posible que mis resultados no sean tan buenos (en el futuro)", apuntó.
Desde que llegó a Roma procedente de Melbourne el martes, Sinner, de 22 años, se ha reunido con la primera ministra, Giorgia Meloni, y este jueves será recibido por el presidente, Sergio Mattarella, junto al equipo que se adjudicó la Copa Davis.
Preguntado por sus próximos objetivos, Jannik, que se ha retirado del torneo de Marsella (del 5 al 11 de febrero) y se espera que reaparezca en Róterdam (del 12 al 18 de ese mes), se mostró impreciso.
"El objetivo era obtener resultados ligeramente mejores en los torneos del Grand Slam que el año pasado, cuando alcancé las semifinales en Wimbledon. El primero del año fue bien, pero aún quedan tres más, así que la temporada no acaba aquí", indicó.
"Queda trabajo por hacer"
"Mi sueño siempre ha sido ganar un Grand Slam. Ahora sé lo que significa y las emociones que conlleva. Estoy impaciente por volver al trabajo e intentar sentirme así de nuevo", continuó.
"¿Ser el número uno del mundo? Hay una gran diferencia entre estar entre los cinco primeros y formar parte de los tres mejores. Igual que de esto último a ser el líder. Hay que ir paso a paso", subrayó el oriundo de Alto Adige.
"Soy consciente de que todavía tengo que mejorar mi condición física, mi fuerza y mi resistencia. En cuanto al tenis, puedo hacerlo todo un poco mejor, sobre todo en el saque (...) aún queda trabajo por hacer", advirtió.
Por último, puso fin al suspense que se había apoderado de gran parte de la nación: no participará en el Festival de la Canción Italiana de San Remo, una cita ineludible a principios de febrero, a la que había sido invitado.