Open de Australia | Un nuevo fenómeno aterriza en Italia: la 'Sinnermanía'

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La 'Sinnermanía' se extiende por Italia tras casi medio siglo sin un Grand Slam
Sinner besa su primer título de Grand Slam
Sinner besa su primer título de Grand SlamAFP
El país está contagiado por una corriente de ilusión después de que el jugador de San Candido pusiera fin este domingo, en el Abierto de Australia, a una sequía de 48 años sin éxitos de tal calibre para el tenis masculino del país.

La admiración se extiende desde Sesto, una aldea en la montaña del Alto Adigio donde viven sus padres, hasta Roma pasando por Turín, donde los 'Carota Boys', sus aficionados vestidos de naranja, siguieron la final en una pantalla gigante rodeada por centenares de seguidores, que pudieron celebrar la victoria después de tres horas y 44 minutos de lucha contra Daniil Medvedev (3-6, 3-6, 6-4, 6-4 y 6-3).

A sus 22 años, Jannik Sinner entró de manera brillante a la historia del deporte italiano al convertirse en el primero que gana el Abierto de Australia, uniéndose así a un limitado círculo de sus compatriotas vencedores de algún otro Grand Slam: Nicola Pietrangeli (Roland Garros en 1959 y 1960), Adriano Panatta (Roland Garros en 1976), Francesca Schiavone (Roland Garros en 2010) y Flavia Pennetta (US Open en 2015).

"Este título es formidable para el tenis italiano, para el deporte italiano y para todo el país. Ha entrado en nuestro Panteón de mitos atemporales", celebró el presidente del Comité Olímpico Italiano, Giovanni Malago.

El entusiasmo por el cuarto del mundo no se limita al mundo del deporte.

"Ha escrito una nueva página de la historia que nos hace sentir orgullosos", se alegró la primera ministra, Giorgia Meloni.

"Un campeón tan grande y tan sencillo"

Este no es el primer episodio de 'Sinnermanía' en la nación.

A mediados de noviembre, durante el Masters ATP en Turín, donde derrotó a Novak Djokovic en fase de grupos antes de perder en el duelo decisivo contra el serbio, el país entero cayó rendido a los encantos del joven tenista pelirrojo.

Pocos días después de aquel partido hubo un rebrote, cuando consiguieron la segunda Copa Davis, 47 años después del primer título.

Pero el domingo, este entusiasmo por Jannik alcanzó un nivel inédito en un territorio que sigue totalmente obsesionado con el fútbol, al punto de que la evolución del resultado era retransmitido en directo hasta en la emisión dominical de entretenimiento de la cadena Rai 2.

Desde su victoria, tanto los diarios como las cadenas de televisión analizan en bucle este fenómeno, que seduce por sus grandes capacidades deportivas y por su sencillez e historia personal, la de un niño del Alto Adigio que estaba destinado a hacer esquí alpino y que abandonó a su familia a los doce años para consagrarse en el deporte de la raqueta.

"Jamás había visto a un campeón tan grande y tan sencillo, tan profundo y humano. Estoy feliz y orgulloso de que sea italiano", resumió el ministro de Deportes, Andrea Abodi.

Y sin lugar a dudas, ese legado todavía no ha terminado. La leyenda Nicola Pietrangeli le ve preparado para convertirse "a largo plazo en el número mundial y patrón incontestable del circuito mundial", con un doble momento destacado sobre tierra batida dentro de pocos meses en París: Roland Garros y los Juegos Olímpicos de 2024.

Hasta entonces, Sinner será recibido el jueves por el presidente italiano, Sergio Mattarella, en el palacio del Quirinal, una cita acordada antes del evento en Melbourne para celebrar la victoria en la Davis... y ahora también este fantástico logro.