Decir que Carlos Alcaraz (19) y Alexander Zverev (26) protagonizaban este martes en los octavos del Mutua Madrid Open no era ninguna exageración ni interpretación. Basta con retroceder a la última edición para ver que ambos disputaron el duelo decisivo. Lo cierto es que apenas hubo partido entonces, ya que el actual número dos del ranking ATP se impuso con muchísima solvencia (6-3 y 6-1). Y no ha sido cambiado mucho este martes, con apenas un juego de diferencia.

Recompuesto ya del sufrido inicio de torneo ante Emil Ruusuvuori y con algo más de ritmo tras haberse impuesto en un par de sets a Grigor Dimitrov, Alcaraz afrontaba la cita con la suficiente convicción como para minimizar las virtudes de Zverev. Apenas media hora le duró en la manga inaugural, un muy contundente 6-1 que, en parte, llegó por los más de 10 errores no forzados que cometió. Son demasiados para siquiera plantar cara a un jugador como el que tenía al otro lado de la red.

El tenista de casi dos metros de altura destaca por, entre otros factores, su gran saque. Sin embargo, rindió a un nivel muy inferior al esperado en este aspecto y perdió el servicio en dos de tres ocasiones. El del Palmar tampco necesitó de su versión más brillante para pasar por encima de Sascha, aplastado de forma muy clara y en mucho menos tiempo de lo que podían esperar los allí presentes, dispuestos a presenciar un envite más largo e igualado. 

No era muy difícil de conseguirlo, pero el germano logró mejorar al comienzo del siguiente set. Parecía que iba a ofrecer una mayor oposición y dio algún síntoma de estar vivo, pero pronto volvió a estar en desventaja. Charly, como le gusta que le llamen, puso en pie al público en uno de sus puntos magistrales, un passing shot para desesperar al 16º del mundo, totalmente derrotado y abatido. Aplaudido y ovacionado por el público, sucumbió en menos de hora y media (83') tras encajar un duro 6-2.

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