La desaparición de los Jaguares, un lastre para el rugby argentino

Publicidad
Publicidad
Publicidad
Más
Publicidad
Publicidad
Publicidad

El rugby argentino avanza más despacio tras la desaparición de los Jaguares

Argentina aspira a avanzar a semifinales en el Mundial de rugby.
Argentina aspira a avanzar a semifinales en el Mundial de rugby.CLEMENT MAHOUDEAU / AFP
Precipitada por la pandemia, la desaparición de la franquicia que participaba en el Super Rugby ha roto la dinámica colectiva de la selección, que este sábado se medirá a Gales en Marsella con motivo de los cuartos de final del Mundial.

El polivalente fullback argentino Juan Cruz Mallía está destacando en el potente campeonato francés, jugando en el Stade Toulousain, con el que ha ganado la Copa de Europa , dos veces el top 14, y con el que acaba de renovar hasta 2026.

El cordobés, sin embargo, seguiría jugando seguramente en su país de no ser porque la pandemia de la COVID-19 acabó con la participación de los Jaguares en el Super Rugby, la competición a nivel de clubes más importante del hemisferio sur.

Fundados en 2016 para acelerar el desarrollo del rugby argentino, lograron hacerse un hueco rápidamente entre sus rivales neozelandeses, australianos y sudafricanos.

Incluso llegaron a jugar la final de ese torneo en 2019, perdida ante los Crusaders (19-3), y el futuro se aventuraba prometedor para la selección nacional, cuya base era la misma que la de los Jaguares, por lo que el mismo grupo compartía vestuario durante todo el año.

"Un gran paso atrás"

Privada de los ingresos del Super Rugby durante la pandemia, la Federación Argentina era incapaz de pagar los salarios de los jugadores, lo que llevó a Mallía y a muchos otros al exilio para poder seguir jugando al más alto nivel.

"Nuestras vidas cambiaron completamente por la COVID-19", explica el jugador del Toulouse. "Ahora estamos desperdigados por todo el mundo, en clubes diferentes. Hay que volver a acostumbrarse (a jugar juntos) y reconstruirse", agrega.

La mayoría de sus compatriotas encontraron equipo en Europa, en los campeonatos de Francia e Inglaterra, pero para el antiguo tercera línea internacional Leonardo Senatore, el rugby argentino ha dado "un gran paso atrás" con la desaparición de los Jaguares.

Cheika dirige el entrenamiento de la selección.
Cheika dirige el entrenamiento de la selección.CLEMENT MAHOUDEAU / AFP

"Ha afectado claramente a nuestra manera de jugar, porque los chicos ya no pasan tanto tiempo juntos. Todos tienen sistemas de juego diferentes en sus clubes, filosofías diferentes, y eso complica las cosas cuando se reencuentran", explica a la AFP.

Desde la última Copa del Mundo en 2019, Los Pumas han logrado algunas victorias de prestigio, sobre todo dos contra los All Blacks neozelandeses en 2020 y 2022, pero estos "éxitos" esconden una falta de regularidad y recurrentes dificultades financieras.

Super Rugby Américas

"El rugby mundial ha vivido estos últimos cuatro años cambios constantes, no todos positivos", asegura a la AFP el antiguo medio scrum internacional Agustín Pichot, gran arquitecto de la inclusión de los Jaguares en el Super Rugby. "Argentina no se escapó e intenta adaptarse", indica.

El seleccionador Mario Ledesma dejó su puesto el año pasado, hablando de un "fin de ciclo". Su sucesor, el australiano Michael Cheika, ha llevado a Los Pumas a los cuartos de final en este Mundial de Francia, el objetivo mínimo, pero los límites en el juego de los argentinos en la primera fase despiertan muchos interrogantes.

Según Leonardo Senatore, que jugó con los Jaguares entre 2016 y 2018, el futuro pasa por desarrollar el Super Rugby Américas, una competición que reúne a las mejores franquicias del continente americano, tanto del sur (Argentina, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay) como del norte (Estados Unidos).

"Necesitamos más competencia regional, es la base de todo", explica este exjugador de Toulon y Worcester. "Miren lo que ha progresado Fiyi desde que tienen una franquicia (los Drua) en el Super Rugby", comenta.

Un gran campeonato americano "no es la vía más sencilla" y "llevará tiempo", admite. No es seguro que el rugby argentino disponga de ese tiempo.