Las claves de la gran final entre los All Blacks y los Springboks

Publicidad
Publicidad
Publicidad
Más
Publicidad
Publicidad
Publicidad

Las claves de la gran final entre los All Blacks y los Springboks

Kolbe y Jordan, listos para brillar en la final
Kolbe y Jordan, listos para brillar en la finalAFP
Dos parejas de extremos espectaculares se verán las caras en la final de la Copa del Mundo. Sudáfrica y Nueva Zelanda siempre han sido proveedores de grandes finalizadores, y sus XV iniciales no serán una excepción.

Cheslin Kolbe y Kurt-Lee Arendse por un lado, Will Jordan y Mark Telea en por el otro. Se habla mucho del esperado choque de dos packs de monstruosos delanteros, pero el duelo que se jugará en las alas será de máximo nivel.

Vamos a analizar estos duelos porque, con armas tan letales, esperamos ver un espectáculo en una final, que a menudo se decide en los extremos y que suele premiar al equipo que comete menos errores. Esta noche habrá fuegos artificiales en las cuatro esquinas del campo.

Kolbe y Arendse, gemelos fraternos

"Somos los defensores del título, pero eso fue hace cuatro años. Para repetirlo, se necesita mucho sacrificio, trabajo duro y cohesión. Queremos que nuestro país se sienta orgulloso de nosotros y generar algo inolvidable".

Estas fueron las palabras de Cheslin Kolbe en la rueda de prensa previa a que los Boks saltaran al campo contra Escocia. Han pasado muchas cosas desde entonces, pero una cosa es cierta: Sudáfrica está orgullosa.

Además del extremo, que puso el broche de oro a la final de hace cuatro años, los sudafricanos han encontrado un digno homólogo en Kurt-Lee Arendse. Este último sólo lleva un año en la selección, pero desde entonces no ha dejado de demostrar por qué. Aunque podrían confundirse por su estatura relativamente pequeña y sus cascos, hay diferencias.

Kolbe es mejor en los balones altos y tiene un juego de pies de gran calidad que a veces le hace ganarse un puesto de lateral (hizo un inolvidable drop-goal de 50 metros para el Toulouse en la final del Top 14 de 2021).

Arendse, por su parte, es más explosivo y se abre paso en espacios reducidos, recordando a Kolbe en sus inicios, pero tiene un agudo sentido de la colocación, además de ser sólido con los pies. Merece la pena recordar que fueron los dos wings de los Boks los que anotaron los dos ensayos en la final de 2019.

Jordan y Telea - talentos aterradores

Dada la cantidad de extremos de clase mundial que ha producido Nueva Zelanda, no es de extrañar encontrar a dos alas muy cotizadas en la alineación titular. Pero es también su pragmatismo lo que les hace destacar.

"Ganar el Mundial es para lo que todos hemos venido aquí, así que estaré encantado de no marcar si eso significa que hacemos el trabajo".

Estas fueron las palabras de Will Jordan tras la victoria en semifinales contra Argentina. Más de un ensayo de media por partido para el nuevo emblema del realismo kiwi, implacable en carrera, soberano bajo el balón alto. Una máquina camino de convertirse en leyenda.

Pero puestos a elegir, el staff neozelandés optó por incorporar una nueva cara al equipo: Mark Telea. Otra de las revelaciones del año pasado, se ganó el puesto en el partido inaugural contra Francia, anotando dos espléndidos ensayos al principio de cada parte, pero también demostrando en cada partido su poderío para avanzar constantemente en espacios reducidos. Una cualidad que probablemente tendrá que explotar este sábado.

Increíble profundidad en el ala

Resulta sorprendente alinear a cuatro laterales de calidad si tenemos en cuenta quiénes faltan. Por parte sudafricana, además del prometedor Canan Moodie, apenas utilizado debido a la competencia y a un banquillo volcado hacia los delanteros, el otro titular del puesto en la final de 2019, Makazole Mapimpi, se fracturó el pómulo durante la competición. Esta circunstancia evitó al seleccionador tomar una decisión dolorosa.

Ian Foster tuvo que tomar la misma decisión, resignándose a dejar fuera de esta final al futuro jugador de Toulon Leicester Fainga'anuku, que ni siquiera estaba en el banquillo. A pesar de que había brillado en cuartos de final, anotando el primer ensayo para crear una brecha tras la cual los irlandeses persiguieron todo el partido. Y si tenemos en cuenta que Caleb Clarke no ha sido utilizado y que Sevu Reece ni siquiera está, la profundidad en el ala es escalofriante.

El peso de la historia

Son innumerables los alas de talento que han producido estas dos naciones. Cuando se piensa en los All Blacks, surgen varios nombres. Jonah Lomu, en primer lugar. La leyenda del rugbt, que nunca fue campeón del mundo es el primer nombre que viene a la mente cuando se piensa en un ala neozelandés. Muy por delante de Doug Howlett, récord de ensayos con los Helechos Plateados, o Joe Rokocoko y Julian Savea, increíbles rematadores, por no hablar de John Kirwan.

Por parte sudafricana, nos viene a la cabeza Bryan Habana, pero es que, además, esa selección siempre ha estado repleta de talento. Es imposible no pensar en Breyton Paulse, JP Pietersen, James Small y Pieter Rossouw. Los más veteranos recordarán a Pieter Hendriks, ejecutor de un paso antológico sobre un tal David Campese durante el Mundial de 1995.

En nueve finales de la Copa Mundial, hemos visto 16 tries, siete de ellos anotados por extremos: John Kirwan, Ben Tune, Lote Tuiqiri, Jason Robinson, Nehe Milner-Skudder, Makazole Mapimpi y Cheslin Kolbe.

Una prueba más de la importancia de esta posición, especialmente en el rugby moderno. Promete ser una batalla espléndida entre los extremos, y estaremos atentos a las cuatro esquinas del campo para asegurarnos que no nos perdemos nada de este espectáculo.

Sigue la final de la Copa Mundial en Flashscore.