Dos años después de ser humillada al otro lado del Atlántico (19-9), Europa devolvió el favor al Team USA en el primer día de competición de esta 44ª Ryder Cup.

La sorpresa llegó en forma de sonrisa XXL de Jon Rahm al anotar un fabuloso eagle en el 18 para igualar el marcador en el four-ball de la tarde. Frente a él estaban Scottie Scheffler y Brooks Koepka, no precisamente lo que se dice medio salados. Unos minutos más tarde, cuando iban ganando 2 arriba en el 17, Wyndham Clark y Max Homa se vinieron abajo. Este último tenía el putt ganador, pero vio cómo se le escapaba el hoyo. Justin Rose, por su parte, no desaprovechó la oportunidad para redondear lo que fue un viernes casi perfecto para el Viejo Continente. La Ryder Cup no le hace ningún favor a nadie: jugar bien o incluso muy bien durante 16 hoyos no siempre es suficiente para derrotar tanto a tus rivales como al hostil público.

Ya en los foursomes de la mañana, un rayo cayó sobre el equipo de Zach Johnson. Dos derrotas por 4&3, otras dos por 2&1: era difícil empezar peor la defensa del título. En su búsqueda de los 14,5 puntos necesarios para recuperar el prestigioso trofeo, los europeos atacaron como hambrientos.

Lejos de saciarse, volvieron a empezar sobre la misma base en los partidos de cuatro bolas de la tarde. No fue hasta el hoyo 6 del partido 1 entre Viktor Hovland y Tyrell Hatton y Justin Thomas y Jordan Spieth cuando por fin se encendió la luz roja. Tras la ida, sólo Clark y Homa dominaban a Robert McIntyre y Rose (2up).

Un partido ya estaba decidido: el 4º. Con 5 putts consecutivos para hacer par y 4 birdies, Matt Fitzpatrick se llevó por delante a Rory McIlroy... ¡6 arriba después de 7 hoyos! Collin Morikawa y Xander Schauffele, ya derrotados por la mañana, jugaron mejor al final, sin esperanzas de remontada.

Sobre el papel, ésta fue la única victoria de la sesión. De hecho, los tres empates tuvieron sabor a éxito para Europa. En el 15, las tres parejas iban por detrás. Pero Rahm y el debutante Nicolai Hojgaard igualaron en el 16 antes de perder en el 17 y luego ganar en el 18 gracias a los nervios de acero de 'Rahmbo'.

Poco antes, fueron Hovland y Hatton quienes recuperaron el tiempo perdido al ganar el 16 y obligar a Thomas a embocar un putt final, fácil en sí mismo pero mucho menos bajo la presión del evento y de las gradas, para mantener ese medio punto. Finalmente, el fallo de Homa fue seguido por el putt de Rose. El público, en su inmensa mayoría proeuropeo, estaba extasiado y lo celebraba.

El sábado, cuatro foursomes y cuatro four-balls también están en el programa, y estamos a la espera de ver cómo responde el Dream Team estadounidense, que está muy derrotado y no podía esperar un viernes tan difícil. Será una gran remontada o nada para convertirse en los dignos sucesores de los golfistas estadounidenses que ganaron en el Belfry hace 30 años, la última victoria del Tío Sam en suelo europeo.