Cuando el Real Madrid levantó los trofeos de campeón de LaLiga y la Champions League al final de la temporada pasada ya sabían que como premio por hacerlo tendrían que disputar tres torneos extra a lo largo del siguiente curso -Supercopa de Europa, de España y Mundial de Clubes-.
Mínimo tres partidos extra que se repartirían a lo largo de un calendario trastocado por la disputa del Mundial de Catar entre los meses de noviembre y diciembre. Esa situación excepcional le dejó al Real Madrid un mes de enero cargado de compromisos importantes que ha finalizado cayendo en la final de la Supercopa de España contra el FC Barcelona (1-3) y cayendo a cinco puntos de los blaugranas en LaLiga.
Febrero también llega con curvas. Los hombres dirigidos por Carlo Ancelotti (63) cerrarán la primera vuelta del campeonato doméstico frente al Valencia CF y rápidamente viajarán a Marruecos para la disputa del Mundial de Clubes. Sin apenas tiempo para recomponerse de lo que suceda en tierras africanas, viajarán a Liverpool con la ida de los octavos de Liga de Campeones en juego.
A todo ello se le han agregado los dos Clásicos contra el Barça de las semifinales de Copa del Rey, que complementarán al de la segunda vuelta del campeonato español, a celebrarse el fin de semana del 19 de marzo.
Todos los equipos juegan para ganar y el objetivo es levantar títulos a final de la temporada. Sin embargo, para el Real Madrid vencer se ha convertido en un drama en este momento del curso. Una situación por la que no tienen que pasar aquellos que ya se han ido cayendo de algunas competiciones tanto a nivel nacional como internacional.