Vinicius Junior (22) es un jugador fundamental para este Real Madrid. No parece tener límites a nivel físico y sus ataques por banda son constantes, una amenaza que genera muchísimos dolores de cabeza y de piernas a los rivales. Pocos defensas pueden ganar los duelos individuales contra el talentoso extremo, pero ante tales dificultades, una de las opciones más recurrentes es acudir al factor psicológico para sacar del partido al ex del Flamengo, quien a veces es víctima de este juego que tanto reduce su concentración.
Un dato que bien prueba esto último es el número de cartulinas que ha recibido hasta la fecha: ya son seis, una menos respecto a las que vio en toda la campaña 2021/22. Parece complicado, además, que consiga mantener por mucho tiempo esa condición de apercibido en LaLiga, especialmente si vemos la tendencia de los tres últimos encuentros (ha sido amonestado frente a Villarreal, Athletic Club y Atlético de Madrid). Antes de ese duelo en La Cerámica, incluido el Mundial, superó los dos meses sin castigo.
Lo más sorprendente es que siendo él atacante, mucho menos expuesto a las situaciones de juego que suelen ir acompañadas de tarjetas, lleve las mismas amarillas que tres centrales juntos. David Alaba, Antonio Rüdiger y Eder Militao también suman seis entre todos, aunque no repartidas de forma igual (tres, dos y una respectivamente). Además, tanto el brasileño como el austriaco -lesionado ahora- son dos futbolistas habituales en las alineaciones de Carlo Ancelotti y el germano ha participado en 24 encuentros.
Jugadores como Marco Asensio o Karim Benzema (además de los dos porteros y los irrelevantes Eden Hazard y Mariano Díaz) todavía son vírgenes en este sentido, mientras que Rodrygo Goes, quien comparte posición con el propio Vinicius, tan solo ha visto una por el momento. Su compatriota, siempre centrado en el juego, es un buen espejo en el cual mirarse en lo que al comportamiento se refiere pese a la regañiña del entrenador italiano en la eliminatoria frente al equipo groguet.